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Mujeres que cambian el mundo

Revista Digital de Ecuador

La niña que un día miró las estrellas y decidió alcanzarlas  

Ilustración: Rafaela Briceño
Silvana Delgado es una astrofísica ecuatoriana que acaba de obtener un doctorado en los Estados Unidos y ahora realiza estudios sobre los agujeros negros.
Autor: Leonardo Ceballos
Quito - 11 Ago 2025

Curiosidad por las estrellas 

La joven manabita Silvana Delgado es especialista observacional, rama de la astronomía que le ha conferido grandes satisfacciones en el mundo profesional.

La curiosidad por el cosmos asaltó la mente de Silvana Delgado a temprana edad. Tenía 7 años cuando una noche sus ojos escarbaron los intersticios de las estrellas y se vio asediada por una serie de preguntas que no encontraron respuesta: ¿Por qué brillan? ¿Qué tan grandes son? ¿Por qué no podemos llegar a ellas? 

Su acervo cognitivo, incipiente debido a su edad, impedía que entendiera lo que había más allá de la estratosfera, de ahí que un sinnúmero de porqués se filtraron por su cabeza. 

A partir de esa experiencia nació el deseo de Silvana por conocer planetas, buscar galaxias, desentrañar agujeros negros. 

Hoy, 20 años después, es una de las pocas astrofísicas ecuatorianas.  

“Cuando era pequeña no sabía dónde estaban las estrellas, sabía dónde quedaba el Sol, pero no conocía las galaxias. De pequeña me interesó la física y la matemática. Mi papá, mi abuelo y mi hermano son ingenieros, y yo también quería seguir sus pasos, pero siempre me preguntaba cómo funcionaba el mundo desde la física y aquí he encontrado las respuestas”, expresa.

Silvana, de origen manabita —nació en Manta— tiene 27 años y vive en los Estados Unidos desde hace doce, cuando migró con su madre. 

Ingresó a la universidad para estudiar ingeniería, como su padre y su abuelo, pero una amiga suya le habló de la materia de astronomía y sintió curiosidad. 

Después de pensarlo un poco, decidió acudir a una clase y le gustó lo que aprendió. Al entrar al aula se encontró con un profesor que logró rápidamente que Silvana se enamorara de la astronomía

“Yo estaba fascinada, fui donde el profesor y le pedí que me contara más. Luego de eso cambié de carrera. En mi tercer año de estudios empecé a investigar y ahora acabo de terminar mi programa de doctorado”, cuenta. 

Silvana es una apasionada de la astrofísica. Su mundo son los planetas, las galaxias, las estrellas y los agujeros negros. Pero no sólo eso, escudriña la evolución de cada objeto en el espacio y va descubriendo el vínculo que estos tienen con la humanidad.

Es decir, busca respuesta a las preguntas que han estado allí a lo largo de los años, gravitando como los planetas que observa a través del telescopio

Pasión por los agujeros negros

Silvana Delgado hoy es investigadora con un PhD en Astronomía por la Universidad Texas A&M (TAMU). Tiene una maestría y una licenciatura en física y astronomía.

Cuenta que en el mundo de la astronomía existen tres tipos de especialistas: los teóricos que tratan de descubrir las leyes físicas que gobiernan el universo; los simuladores  que usan teoría para crear galaxias en computadoras, y finalmente los  observacionales, que usan telescopios para tomar imágenes del cielo, las estrellas y la galaxia

“Yo estoy en la observacional. Tratamos de  entender cómo funciona el mundo. Hemos podido ver, de cerca, el inicio del Universo e intentamos colocar sus piezas en donde corresponde”, indica. 

Para hacerlo ha debido cambiar su reloj biológico: no duerme por las noches. 

“Me sentaba detrás del telescopio y miraba las estrellas. Al comienzo fue difícil situar las piezas en el rompecabezas porque mientras más conoces, más preguntas tienes”, agrega. 

En esa travesía Silvana descubrió aquello que la atraparía aún más: los agujeros negros supermasivos.   

Los astrónomos y físicos suelen definir a los agujeros negros como espacios de materia extremadamente densa. Objetos cuya masa es tan condensada que distorsionan drásticamente el tejido espacio-tiempo. Regiones del espacio en las cuales el campo gravitacional es tan fuerte que ni siquiera la luz consigue escapar. 

Para los científicos, la masa de estos gigantes cósmicos es superior a la de cuatro millones de soles combinados

Pese a que no es posible ver el agujero negro en sí, porque es completamente oscuro, el gas brillante a su alrededor revela una zona central (llamada área de sombra) en torno al cual gira un anillo incandescente de gas, polvo y estrella. 

Silvana relata que como astrofísicos que son tienen una idea de qué tan grandes pueden ser, pero solo es una idea, porque muy difícilmente puede ser medido un agujero negro. 

“Son muy interesantes y misteriosos. Todos sabemos que la velocidad de la luz es lo más rápido que conocemos, tiene 300 millones de metros por segundo; pues bien, en los agujeros negros ni lo más  rápido puede escapar, ni siquiera la luz”, explica con vehemencia, como si fuera una niña tratando de explicar el funcionamiento del más preciado de sus juguetes.

Es como explorar el corazón de algo, las entrañas de un mundo desconocido, manifiesta. 

La importancia de la astrofísica 

Silvana Delgado ha ofrecido tutorías en diferentes instituciones educativas, además es una vehemente defensora de la inclusión en la ciencia. Una de sus metas es regresar a Ecuador para enseñar.

Le intriga el hecho de que existan agujeros que están ante los ojos de unos pocos habitantes de la Tierra que no tienen idea de cómo nacieron, porque nada ni nadie puede entrar a un agujero negro y regresar, por tanto el enigma continuará por mucho tiempo.  

La fuerza de gravedad es tan poderosa allí dentro que estiraría a una persona hasta dejarla «espaguetizada».

Además, existe la  posibilidad de que en lo que llaman  «la pared de fuego«, que es una banda de partículas ardientes, las personas queden quemadas hasta desintegrarse. 

Silvana comenta que en Ecuador no hay estudios muy avanzados sobre el tema. El campo de aprendizaje existe, pero es muy pequeño, por eso una de sus metas es regresar a Ecuador para enseñar. 

Ella quiere que se conozca la importancia de la astrofísica, porque además de observar la galaxia, aporta a la creación de aparatos que sirven en otras áreas como la medicina. 

“Hay avances que tienen que ver con los instrumentos que usamos. Nosotros utilizamos el telescopio y de las investigaciones que se realizan para hacerlos cada día más poderosos, nacen las cámaras en los celulares. En la medicina, por ejemplo, los rayos X, los aparatos de tomografías y las resonancias magnéticas, se crean o mejoran a través de las investigaciones que realizamos al tratar de  entender cómo funciona la luz”, explica Silvana.

Los diálogos con la astrofísica son interesantes.

Trata de explicar cosas que para cualquier ser humano son confusas, pero que para la ciencia son relevantes. 

Dice que los avances tecnológicos en materia de observación espacial permitieron fotografiar por primera vez un agujero negro en 2019 y poco después, en 2022, un esfuerzo global llevó a la obtención de las primeras imágenes del agujero negro supermasivo localizado en el centro mismo de la Vía Láctea: Sagitario A*.

El mundo de la astrofísica se llenó de emoción ese día porque los agujeros negros son invisibles por naturaleza, no obstante, la sombra que proyectan sobre un fondo más brillante puede ser observada. 

Silvana lo celebró también. 

Esa fotografía permitió confirmar que el físico alemán Albert Einstein tenía razón cuando predijo hace un siglo la existencia de agujeros negros en su Teoría General de la Relatividad.

Lo sorprendente es que astrofísicos como Silvana Delgado pueden ver aquello a través de un telescopio. Y lo más extraordinario es que la niña ecuatoriana llena de incógnitas pudo alcanzar las estrellas.

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