La historia de Ecuador como un meme

La historia de Ecuador como un meme
La historia de Ecuador como un meme. Ilustración: Manuel Cabrera
Fue en 1835 cuando el Ecuador se declaró república y se constituyó como una entidad autónoma, sin españoles, sin Bolívar y sin los colombianos.

Casi no existen memes sobre sucesos históricos del Ecuador que, además de divertir como todo meme de redes sociales, logren tocar una fibra colectiva relacionada con aquello que nos dijeron que teníamos que ser y que finalmente nunca pudimos, ni podremos. 

Sin embargo, hay uno. Dicho meme evoca el discurso del presidente Jaime Roldós Aguilera en el Estadio Olímpico Atahualpa, el 24 de mayo de 1981, previo a su magnicidio (perdón, “accidente aéreo”) en el que pereció junto a su esposa y otros funcionarios de gobierno. Se divide en tres partes. En la primera, la de Roldós sentenciando sus últimas palabras públicas en vida: “Este Ecuador amazónico, desde siempre y hasta siempre: ¡viva la patria!”. En la segunda, donde alguien alerta a Roldós para que no se suba al avión. En la tercera, el Ecuador como en un futuro idealizado, con rascacielos de cristal y autos voladores: el Ecuador de hoy si Roldós no hubiera muerto. Tal representación ucrónica, además de paródica y absurda, curiosamente logró lo que décadas de sistema educativo primario y secundario no pudieron: hacernos comprender la historia como la suma de decisiones del pasado reciente y remoto que nos llevaron a ser lo que hoy somos. En el caso del Ecuador, una serie de decisiones que nos llevaron a reducirnos en lo territorial y lo mental.

Es cierto que no podemos evitar que Roldós suba a su avión presidencial, pero podemos ser una suerte de fisgones, volviendo a los lugares de los hechos, a los testimonios y analizarlos a la luz de lo que hoy vivimos.

Muchos países latinoamericanos han celebrado su bicentenario de independencia. Ecuador lo hizo en 2009. Si googleamos “independencia del Ecuador”, aparece una fecha: 10 de agosto de 1809. Pero ese día no hubo una ruptura con la corona española, más bien lo que la élite criolla quiteña hizo fue mostrar su fidelidad al rey español Fernando VII, depuesto ante la invasión napoleónica. Ese territorio aún parte de la Real Audiencia de Quito siguió bajo el dominio de los conquistadores hasta 1822, cuando se produjo la batalla del Pichincha. Después, el territorio, convertido en el Distrito del Sur, se unió a la Gran Colombia y estuvo ahí hasta 1830. Recién en ese momento se crea el Estado del Ecuador, pero como parte de la República de Colombia. Sin embargo, no fue sino hasta 1835 cuando el Ecuador se declara república y se constituye por primera vez como una entidad autónoma, sin españoles, sin Bolívar y sin los colombianos. Aunque sigo considerando al 24 de mayo una fecha clave y con mucha mayor importancia desde el sentido “independentista” que el 10 de agosto, no deja de sorprenderme la nula atención que le damos a los hitos de 1830 y, más aún, de 1835. Tan triste como si nadie se acordara de nuestro verdadero cumpleaños, ni siquiera el recordatorio automático del Facebook. 

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El Ecuador como país amazónico, que Roldós evocaba, es parte de una larguísima aspiración histórica que no terminó bien para el país; en parte, por culpa de los mismos gobernantes ecuatorianos y su diplomacia. Las multinacionales petroleras, ávidas de explotar los yacimientos en la Amazonía, también movieron sus hilos ominosos desde la misma invasión peruana en 1941. Pero de eso nada se enseña ni se habla, como tampoco se habla de cómo liberarnos de la actual fuerza espeluznante supranacional que hoy se está llevando en peso al país. Quizá nuestra conmemoración cívica del próximo bicentenario (¡cómo nos encantan, este año celebraron otra, la de la batalla del Pichincha!) será sobre cómo nos independizamos de Sinaloa. Hasta entonces, este Ecuador con origen incierto seguirá siendo un meme, desde siempre y hasta siempre.

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