La presencia de mujeres en la producción cinematográfica, a lo largo del tiempo, ha sido determinante para mostrarnos otras visiones.
Sin embargo, estas precursoras debieron transitar por duros caminos ya que su trabajo, a menudo, fue invisibilizado e incluso menospreciado.
Por ello, el fortalecimiento y posicionamiento de mujeres en la industria del cine en las últimas décadas representa una importante reivindicación que, aunque está muy lejos del ideal de la igualdad, constituye un importante avance.
En los últimos meses he mirado algunas películas producidas y dirigidas por grandes cineastas, lo que me permitió sentir que estamos siendo retratadas con justicia y objetividad, obviando representaciones basadas en estereotipos o esquemas estáticos.
Celebro que las historias de mujeres las cuenten mujeres y por ello quiero compartir con ustedes algunas de esas creaciones que he visto y me han conquistado:
La teta asustada (Claudia Llosa, 2008). Ambientada en el Perú de los años 80 y 90; en esta película se advierte una importante crítica social frente a los abusos de la clase alta peruana contra la población de raíces afro e indígena.
Se centra en el personaje de Fausta, quien padece de la enfermedad de la “teta asustada”, que es transmitida a través de la leche materna, por las madres que fueron víctimas de violencia sexual, a sus bebés.
Retrato de una mujer en llamas (Céline Sciamma, 2019). Un relato maravilloso que nos muestra a dos mujeres atrapadas bajo mandatos patriarcales y que, a pesar de ello, viven un amor que no se extingue a pesar del tiempo y la distancia.
También nos muestra un grupo de mujeres de diversas edades que se apoyan y que demuestran su sororidad en todo momento.
Una joven prometedora (Emerald Fennell, 2020). Una mezcla de comedia negra y drama que te mantiene al filo del asiento (o la cama), en la que su protagonista, profundamente impactada por la muerte de su mejor amiga, quien fue víctima de un brutal asalto sexual, castiga a quienes considera agresores en potencia.
Esta propuesta nos coloca frente a un constante cuestionamiento: ¿Puede la venganza servirnos de catarsis?
Nomadland (Zoe Zhao, 2021). Esta película nos presenta las grandes dificultades que tiene que enfrentar una mujer (Frances McDormand) como consecuencia de la muerte de su esposo y la recesión económica del 2008.
Ella se ve obligada a comprar una furgoneta y recorrer el oeste americano como nómada, en ese trayecto conoce a muchas personas que viven en condiciones similares y que nos dejan grandes lecciones de vida.
Land (Robin Wright, 2021). Robin Wright dirige y actúa en esta película, en la que una mujer, tras la pérdida de su esposo e hijo, decide autoaislarse en una cabaña ubicada en un bosque en las montañas Rocosas.
Casi a punto de morir por la inclemencia del invierno es rescatada por una mujer y un hombre con un alto espíritu de solidaridad. Una muestra de que se puede aprender a vivir de nuevo.
Sin duda alguna, esta lista es sumamente corta frente a la diversidad de propuestas que grandes mujeres han concebido; me quedo con la grata sensación que me dejaron estas historias y sus maravillosas protagonistas.
“Si existe una resistencia específica a que las mujeres hagan cine, elijo ignorar ese obstáculo por dos motivos: no puedo cambiar mi género y me niego a dejar de hacer cine”.
Kathryn Bigelow