Cultura urbana

Jorge Chavarría: su pasión por el arte inmortaliza a los artistas plásticos

Jorge Chavarría. Galería Miró.
Ilustración: Manuel Cabrera.

Hace cuarenta años, en un Quito bohemio que latía al ritmo de la cultura, emergía un personaje singular que se aventuró en un mundo donde la pasión y el arte se entrelazaban en un delicado lienzo: Jorge Chavarría.

En un escenario con nombres de grandes artistas ecuatorianos como: Oswaldo Guayasamín, Marcelo Tejada, Aníbal Villacís, Eduardo Kingman, Bolívar Mena Franco y Gonzalo Endara Crow, Jorge encontró su camino y apego a las expresiones sutiles que se encierran el mundo del arte.

Fotografías: José Aguirre.

Aquel Quito de los años setenta era un hervidero de creatividad, con sus calles adoquinadas y sus rincones bohemios que respiraban el aliento de la expresión artística. En medio de este ambiente fértil, Jorge Chavarría, con su espíritu audaz y curioso, dio sus primeros pasos en el mundo del arte.

Para Jorge, el arte no era sólo una forma de expresión, sino una necesidad indispensable, una llama que lo impulsaba a ir más allá de lo casual. El arte se convirtió en su refugio, en el espacio donde podía perderse y encontrarse al mismo tiempo. Por eso buscó trabajo en una galería de arte cuando apenas tenía 19 años. 

Después de esta primera experiencia, decidió abrir su propia galería, a la que bautizó como Miró. No sólo para admirar las creaciones de los grandes maestros ecuatorianos, sino también para darles un lugar destacado en el mercado del arte, y el reconocimiento que merecen. Así, Jorge convirtió a la Galería Miró en un referente para los artistas plásticos, el público y los aficionados al arte.

A través de los años, Jorge Chavarría ha logrado forjar una relación íntima con el arte y sus creadores. Cada obra que llega a sus manos es un encuentro con la sensibilidad y el talento, plasmados en paletas y lienzos. Su ojo experto sabe apreciar el valor intrínseco de cada pieza y es capaz de predecir cómo, su belleza, trascenderá el tiempo y el espacio.

Jorge Chavarría junto al maestro Marcelo Tejada y una de sus obras.

Pero el camino de Jorge no siempre fue en línea recta. Hubo momentos en los que la incertidumbre y el riesgo se entrelazaron en su vida de galerista. Sin embargo, su pasión, experiencia y conocimiento le permitieron sortear las dificultades y abrirse paso en un mundo donde la belleza y el valor artístico se combinan con la realidad del mercado.

Con el paso de los años, Jorge Chavarría se ha convertido en un referente en el mundo del arte en Quito y más allá de sus fronteras. Su nombre es sinónimo de calidad y confianza, y su colección de obras maestras es una joya para coleccionistas y amantes del arte.

Sin embargo, lo que inspira a Jorge, es la magia que encierra el arte, esa capacidad que tiene de transformar emociones en pinceladas, de capturar momentos efímeros en lienzos eternos. El arte, para él, es una necesidad indispensable, un alimento para el alma que lo llena de inspiración y vitalidad.