Hacía meses que metía la mano en los pequeños bolsillos de mi hijo como quien desenvuelve un regalo. Tras poner la lavadora en marcha, me quedaba mirando con fascinación la cerilla usada, las tres piedras romas, la goma elástica, la media pinza mordida… Todo tipo de objetos, pero no cualquier objeto. Incapaz de desprenderme de ellos me preguntaba cuál sería el criterio de selección.
En seis meses había llenado tres cajas de zapatos. Aparté el sofá y sobre el suelo de la sala construí un círculo con los objetos distribuidos en cuatro conceptos:

Y así fue como descubrí los hermosos anillos que orbitaban alrededor de su mundo.

Objetos encontrados en los bolsillos de mi hijo durante el primer semestre del año 2005, cuando tenía seis años de edad.