Mientras mi hija de 14 años y yo viajábamos en el auto, acompañadas de su playlist con la música de Olivia Rodrigo, me llamó la atención la letra de «Pretty isn’t pretty». A pesar de tener un ritmo alegre y pegajoso, propio de la música pop, la letra era profundamente desgarradora.
Durante el trayecto,«Pretty isn’t pretty», se grabó en mi mente y resultó inevitable que mi hija y yo analicemos la presión que los cánones de belleza ejercen en la Generación Z, específicamente.
Olivia Rodrigo, a través de las letras de sus canciones, aborda temas universales desde la perspectiva de esta generación y refleja los cambios significativos en los paradigmas de la sociedad actual, muchos de ellos asociados a un entorno digital, ajeno a generaciones anteriores como la X y los millennials.
Uno de los motivos por los que la música de Olivia Rodrigo impacta tanto, es el auge de las plataformas de música.
Por ejemplo,«Drivers license» acumula a la fecha 2.19 mil millones de reproducciones en Spotify y fue el gran éxito debut de Rodrigo en 2021, manteniéndose en el número uno del Billboard Hot 100 durante ocho semanas consecutivas.

A la par, las redes sociales han transformado de manera radical la forma en que la Generación Z se comunica y percibe el mundo.
A medida que estos jóvenes y adolescentes se involucran en un entorno de conectividad constante, sus formas de expresión y el enfoque que le dan a ciertas temáticas (como el amor, la salud mental, los cánones de belleza y su actitud ante ellos) también evolucionan. Este análisis se menciona en profundidad en el texto científico “Social Media—The Emotional and Mental Roller-Coaster of Gen Z: An Empirical Study”.
Sin embargo, los peligros y riesgos no están ausentes. Hay estudios que demuestran cómo, la exposición continua a las redes sociales, incrementa en los adolescentes la presión sobre la imagen personal y fomenta la comparación.
El entorno virtual también los motiva a la introspección. Un estudio de la firma Gallup concluye que para esta generación, encontrar un propósito de vida es muy importante. Esto, precisamente, es lo que vemos reflejado en las letras de las canciones de artistas de la Generación Z. En «Pretty isn’t pretty» , Olivia Rodrigo reflexiona sobre la lucha interna con la inseguridad personal y cómo, los estándares de belleza y expectativas sociales, pueden afectarnos.

Las púas de Rodrigo contrastan con los paradigmas de generaciones anteriores. Así, en la canción «Maquillaje» de Mecano, la apariencia y la belleza se tratan de manera lúdica y superficial.
En sus canciones, Olivia Rodrigo aborda otro tema universal y siempre vigente: el amor.«Love is embarrassing», se sumerge en el amor desde una perspectiva cruda; y destaca las vulnerabilidades y emociones contradictorias e intensas que este sentimiento puede provocar, mostrando escenarios más realistas y menos glamorosos.
Este enfoque, propio de la Generación Z, se contrapone con el tratamiento del amor en las canciones de artistas femeninas de generaciones anteriores, como Britney Spears o Christina Aguilera (millennials) y Madonna o Cyndi Lauper (Generación X), donde el amor se presenta desde la idealización: “True blue, baby I love you” o «Oh, baby, baby, the reason I breathe is you».
La música de Olivia Rodrigo refleja los desafíos de la Generación Z: una generación que busca su identidad y crea sus propios paradigmas en un mundo cada vez más complejo y dinámico.





