En las calles Imbabura y Rocafuerte, en el centro de Quito, Gonzalo Carrión restaura imágenes religiosas. Además, con una «fórmula secreta» elimina cicatrices y disimula moretones de sus clientes.
La fórmula la inventó su padre hace 70 años y la llamó “en carne”.
Gonzalo tiene 4 hijos y aunque ellos saben todas estas técnicas, él piensa que ninguno seguirá con esta tradición.














