“Seis de cada diez mujeres sufre violencia física, sicológica y patrimonial”

feminismo Ecuador
La sociedad es violenta en sí, pero mucho más contra las mujeres. Dicen que también los hombres sufren violencia, pero ¿quién ejerce violencia contra los hombres? Los propios hombres, salvo pocas excepciones. Fotografía: Comité de Derechos Humanos de Guayaquil.
El mundo empezó a hablar del medio ambiente, del agua, de la naturaleza y del reciclaje mucho antes de abordar la violencia contra la mujer. 

La doctora en Derecho Pilar Rassa, feminista y experta en violencia de género, conversó con revista digital Bagre sobre feminismo, violencia de género, machismo y otros temas vinculados con los derechos de las mujeres.

Hay mujeres jóvenes que dicen no sentirse identificadas con el feminismo. ¿Tiene algún mensaje para ellas?

Muchas mujeres dicen que nunca han sido víctimas de violencia pero cuando les preguntas si en sus trabajos han preferido a un hombre y no a ellas; o si han tenido que escuchar chistes machistas; o si han tenido problemas con sus suegras por educar a sus hijos de forma distinta han respondido a todo que sí. 

“Cuando empiezas a cuestionar te das cuenta de que sí han sufrido violencia, pero está tan naturalizada que no se dan cuenta”.  

El 90 por ciento de las mujeres sufrimos violencia. Y fíjate que una de cada cuatro sufre violencia sexual y seis de cada diez violencia física, sicológica y patrimonial. 

—La antropóloga Rita Segato habla sobre el mandato de masculinidad que empuja a los hombres a responder como machos entre ellos.

Exacto, pero además el hecho de que haya infidelidad no te obliga a matar al objeto de la infidelidad. 

Imagínate, si nosotras matáramos a todos los hombres infieles no hubiera hombres en el mundo. No es así. Debemos ser otra sociedad y eso se hace poco a poco, pero también con voluntad política. 

Los hombres deben saber que su pareja no es de su propiedad, y eso se les debe enseñar desde pequeños. Romantizar el amor puede llevar a consecuencias nefastas porque en ese tesitura muchas veces también se romantiza la violencia. Fotografía: Iberoamérica Social.

—Algunas mujeres aparentemente empoderadas llegan a un puesto de poder y cambian. ¿Por qué?

Es una forma de cuidarse. Tienes que tener aliados hombres de lo contrario no vas a durar en el puesto. 

Si tú no tienes la venia de ellos, tu gestión va a ser terrible.

Por eso muchas mujeres en el poder se convierten en reproductoras de las acciones masculinas; se reproducen hasta en el mando. 

Si no lo hacen las botan del trabajo o del partido. 

“Entonces tú estás abajo y dices ¿de qué me sirve que una mujer esté arriba?”. 

Pero no son todas, también hemos tenido otro tipo de liderazgo en donde ellas se han mantenido. Sin embargo, nosotras no necesitamos en la representación mujeres que digan “voy a ser cien veces sumisa si con eso defiendo los derechos de las mujeres”. 

No, así no queremos que nos defiendan. 

—¿Las mujeres estamos bajo la sombra de los hombres?

Para hacer respetar nuestros derechos, las mujeres que están en cargos de representación antes de aceptar un puesto deben observar a los hombres con los que van a trabajar. 

Nadie nos va a regalar nada, pero tampoco vamos a someternos y si tenemos que irnos nos vamos. 

—Podemos tener veinte ministras, pero si no tienen las gafas lilas —como diría la doctora Gina Gómez de la Torre— ¿poco se podrá avanzar en derechos?

—Hay veinte ministras, aparece la de Gobierno y manda a la Policía a que nos reprima el 8 de marzo, pero lo peor es que luego de dos días aparece la secretaria de Derechos Humanos y en lugar de solidarizarse con las mujeres, porque nunca antes habíamos sido reprimidas, habla a título personal. 

Claro, miró al macho del presidente y no dijo nada. 

Sacan mujeres policías a la marcha porque si pasa cualquier cosa dirán que es un asunto entre mujeres. Esa es la más clara demostración de cómo te sometes al poder, y un 8 de marzo.  

Las mujeres son violadas a cualquier edad, hay niñas desde el mes de nacidas hasta los 70 u 80 años. La activista Pilar Rassa conoce casos de mujeres que han sido violadas en sitios de cuidados. Fotografía: Comité Permanente de Derechos Humanos.

—La lucha continúa siendo cuesta arriba… 

—Se peleó por la ley de maternidad gratuita, trabajamos tanto por la Ley 103 (violencia contra la mujer), seguimos trabajando para que la violencia no sea considerada un asunto privado y seguimos peleando por el aborto. 

Eso desde hace 40 años y continuamos. Lo que ha hecho el Presidente de la República con el reglamento para el aborto es terrible. 

Es regresivo en derechos porque la Corte Constitucional aprobó la despenalización del aborto por violación y el Presidente de la República saca un reglamento en el que da a los médicos la potestad de negarse por la objeción de conciencia institucional.

Es decir, en el único hospital que hay en un sector recóndito de la provincia de Chimborazo se pueden negar a practicarte un aborto, ¿a dónde voy entonces? Y encima de eso debo presentar una declaración juramentada que diga que me violaron. Eso nos revictimiza. 

Tenemos una Constitución que dice que las mujeres tenemos derecho a decidir cuándo y cuántos hijos queremos tener.

Faltó algo más: tenemos derecho también a decidir con quién, porque se nos obliga a parir hijos de violadores.

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