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Victoria Vaccaro, autora del poemario “Breve mitología del cuerpo original”. Fotografía: del álbum personal de la escritora.

“…Desde mi origen, ya traía lirios enterrados en la boca”
Victoria Vaccaro García

…En el principio fue el verbo. No obstante, se necesita de un cuerpo para que el verbo
sea voz, y la voz historia. Entendamos que cuerpo y voz beben de la misma fuente: la
ciencia de lo imaginario. El mito se renueva cada vez que se narra. Pasa de voz en voz.
De cuerpo en cuerpo; es joven y viejo al mismo tiempo siguiendo el principio dialectico
de Heráclito.
“Esta luna que me acompaña desde la noche de mi nacimiento, imposible blancura…”

Este viaje inicia con el murmullo de voces que se remontan en el tiempo. Las imágenes
se vuelven símbolos y estos se apoderan del cuerpo de la autora para convertirse en
lenguaje, Victoria Vaccaro busca el origen de su yo mítico/poético. Sus versos se
multiplican o trasfiguran tomando forma de memorias, lugares, cuerpos y nombres.

“A veces parecía un serafín, de esos que engendran volcanes en el ombligo de la tierra.”

La presencia de la madre, la tía, Lidia, Hari, Juan no es inocente. Son elementos
naturales o un coro de sirenas que guían a la autora en su búsqueda. No resulta
extraño que este poemario sea un telar tejido por todos ellos, por ende, Victoria
Vaccaro es una moderna Penélope que no espera un Ulises, más bien busca, navega y
vive su viaje a Ítaca.

“Me descubrí abierta sobre aquel nuevo mar de profundas camelias.
Dos espíritus de vírgenes tendían sobre mí sus fúnebres santuarios.

Así conocí al hombre.”

Portada de la obra “Breve mitología del cuerpo” de la autora Victoria Vaccaro García. Fotografía: Marcelo Cruz.

Los versos juegan con la intensidad y el desasosiego. Son versos ofidios. Cada uno deja
su huella o versión del mito. Victoria recurre a ellos y toma el eco de la voz que funde
con el fuego de su sangre. Abre la ruta que conecta con el mismo destino de sus
predecesoras. Este poemario es en si mismo un uroboros.

“Me puse a contar cada luna que se ha posado en tu piel desde tu nacimiento, allá, en la tierra
del musgo, de las altas montañas, donde las achicorias estallaban feroces para morir, luego, en un blanco desenlace.”

Al final nos hallamos en un jardín donde los lirios, las amapolas, las achicorias y
clavelinas nos muestran el arcoíris…
He aquí el horizonte, el camino a la gloria.
He aquí “Breve mitología del cuerpo original” de Victoria Vaccaro García.