Marilyn Monroe: ya es hora de dejarla descansar

Ilustración: Manuel Cabrera. Revista Bagre
La obsesión con la estrella sigue vigente en pleno siglo XXI. Y las falacias también. Quienes las perpetúan, ven a Marilyn como un objeto y una forma de conseguir réditos.

Este 4 de agosto se cumplieron 60 años del temprano fallecimiento de la actriz Marilyn Monroe y todavía su imagen y memoria no tienen descanso.

Celebridades como Kim Kardashian, usando y deteriorando sus artículos personales, han profanado su memoria.

Por su lado, la nueva cinta de Netflix, Blonde, inspirada en su vida, aprovecha la imagen de Marilyn que sirve, además, para múltiples campañas de publicidad.

Es que todos quieren un pedazo de ella y pertenecer a la narrativa de su estatus de ícono y leyenda.

Marilyn Monroe en un casino en Reno, Nevada, en 1960. Foto: Eve Arnold/Magnum Photos

Marilyn Monroe, nacida como Norma Jean Mortenson, tuvo una vida complicada y dura en su niñez, pues creció en varios hogares temporales porque su madre Gladys sufría problemas mentales y su padre nunca la reconoció.

Varios abusos psicológicos y sexuales fueron las consecuencias de vivir en hogares adoptivos, por lo que tuvo que casarse a los 16 años con un vecino para salir del sistema de hogares temporales regentados por el gobierno de Estados Unidos.

Marilyn siempre encontró un escape a su vida en el cine, pues se pasaba casi todo el día viendo películas y soñaba ser actriz.

Su vida dio un giro de 180 grados al ser fotografiada para una revista y convertirse en la actriz que conocemos hasta hoy.

La razón por la que la imagen de Marilyn está en todo merchandising

El patrimonio intelectual de Marilyn sigue produciendo dinero hasta el día de hoy, al punto que entró en la lista de Forbes, como una de las trece celebridades muertas más compensadas. 

Aunque la fortuna de Marilyn ya era grande cuando estaba viva, esta no se acercaría a lo que ocurrió después de fallecer.

Su state fue heredado a su mentor y coach, Lee Strasberg, en 1962, después de su muerte, alguien a quien Marilyn veía como un padre.

Se puede decir que Strasberg manejó su imagen de manera correcta ya que él no la explotó, mantuvo sus deseos y última voluntad.

Cuando este falleció, el state lo heredó su tercera esposa, ​​Anna Strasberg, quien no conocía a Monroe y solo se encontró con ella una vez en su vida.

Ella sería quien pondría la imagen de Marilyn en una serie interminable de objetos como vasos, camisetas, jarros, muñecas y pósters.

Anna Strasberg cedió derechos para que la imagen de Marilyn se use en un sinfín de publicidades de todo tipo. Posteriormente, Strasberg vendió el state a Authentic Brands Group por más de 20 millones de dólares.

MARILYN MONROE MEMORABILIA Y MERCHANDISE Foto: Julien’s Auctions

Anna fue la responsable de que la mayoría de sus pertenencias sean subastadas, entre ellas, el icónico vestido de “Happy birthday Mr. President”, algo a lo que Marilyn se oponía.

En su testamento ella mencionó que todos sus artículos personales, incluidos ropa, maquillaje, libros y un largo etcétera, fueran obsequiados a sus amigos y colegas cercanos para que no sean vendidos, pero Anna ignoró su voluntad, incumpliendo sus últimos deseos.

Vestido «Happy birthday Mr. President». Foto: Christies

Ser el centro de atención de Hollywood por varios años significó para Marilyn un gran sufrimiento.

Todos quienes se obsesionaron con ella, se olvidaron que también podía sentir (algo tan obvio para todos, pero no para Marilyn) y, sobre todo, que Marilyn Monroe era el alter ego de Norma Jean Baker.

Norma Jean sufría de ansiedad y depresión por el trato y acoso que recibía, tenía miedo de equivocarse y salir en pantalla porque todo en su vida era crítica.

Hasta cayó en una adicción a los ansiolíticos por la presión de ser perfecta.

Sus esposos no la veían como Norma Jean sino como un accesorio, y cuando se acababa la fantasía de Marilyn, la dejaban.

La obsesión con Marilyn

La mayoría conoce a Marilyn por su imagen y escuchan que es la mujer más hermosa que existió. Pero no han visto alguna de sus películas o la han escuchado cantar.

La imagen de Marilyn está tan vendida y presente en la cultura pop, que personas que solo se cruzaron por la calle con ella se sintieron con el derecho de escribir biografías. Hubo quienes llegaron a citar a su perro, Mafia.

Hugh Hefner refleja a la perfección esta obsesión con Marilyn: comercializó las fotos donde Marilyn aparecía desnuda que ella realizó para una revista pin up mucho antes de ser famosa.

Para hacerlo no solicitó su permiso y no le pagó ni un centavo. Por si fuera poco, compró un mausoleo junto a ella porque le parecía lindo pasar la eternidad a su lado.

Richard Poncher, un hombre obsesionado también con Marilyn, está enterrado junto a ella, pero boca abajo para poder verla por la eternidad. Gente que ella nunca conoció está a su lado. Y han pagado por ello.

Mausoleo de Marilyn Monroe, Hugh Hefner y Richard Poncher. Foto: Dreamstime

Kim Kardashian se incluye en esta lista de inescrupulosos, al usar no solo una de las prendas personales de Marilyn, sino estropear una pieza histórica como es el vestido con el que le cantó “Happy birthday Mr. President” a John F. Kennedy

La sensibilidad de Monroe le permitió apreciar la historia y la moda. Por eso manifestó que ese vestido tenía que ser confeccionado solo para que ella pudiera usarlo y que debía ser histórico.

Pero la prenda fue arruinada cuando la usó Kim Kardashian.

Bob Mackie, quien lo diseñó, dijo que solo Marilyn debía usarlo.

Daño del Vestido después de que Kim Kardashian lo usara. Foto: Marilyn Monroe Collection

El museo de Ripley, donde permanecía el vestido, le obsequió a Kim un mechón de cabello de Marilyn, como si fuera una pieza de merchandising, tratándola como un objeto.

Al museo no le importó que estas acciones acentuaran imágenes dañinas que atormentaron a Norma Jean durante toda su vida.

Tampoco les importó que Marilyn siga sin poder descansar en paz.

El nuevo filme basado en la vida de Marilyn llamado Blonde, deja claro que la obsesión por ella continúa.

Aunque la novela en la que se basará esta película no es nada más que ficción, habrá confusión y algunos la tomarán como hechos verídicos. Así, lo único que prolongan es la imagen errónea sobre Marilyn.

El reciente documental de Netflix tenía varios datos equivocados sobre Marilyn. Pero sobre todo, se contó la historia de Marilyn desde la perspectiva de un hombre que solo la sexualizaba.

Ana de Armas como Marilyn Monroe. Foto: Netflix

Existen dos maneras en las que Marilyn ha sido proyectada a lo largo de la historia: la sex symbol, un aspiracional que se ha vendido por décadas con el fin de comercializar los artículos que ella usaba.

La otra: la de una mujer mentalmente desequilibrada que no tuvo el cariño de una familia.

Pero nunca se cuenta nada más.

Marilyn Monroe. Fotos: Sunset Boulevard y Bygonely

En pleno 2022 todavía hay una obsesión por Marilyn. El mito, la leyenda.

Se continúa con la sexualización que se mantiene sobre ella desde sus días de estrellato.

Es casi como si se olvidara que Marilyn Monroe, Norma Jean, fue un ser humano como todos, con sentimientos, y que tuvo la suerte de cumplir su sueño de ser actriz. Lástima que ese sueño le pasó factura.

Fue perseguida por paparazzis y considerada un sex symbol en una época en la que la audiencia estaba hambrienta de sexo.

Todos quieren ser parte del mito, pero nadie quiere ser el ser humano que sufría, reía, se equivocaba y trabajaba.

La fama puede traer la deshumanización de la persona y solo el público puede cambiar eso. Con empatía y autoeducación.

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