El afrodisiaco caldo de bagre
En el barrio Garay, calles Ismael Pérez Pazmiño y Colón, hay una suerte de tesoro escondido. Allí un grupo de corsarios, los suficientes para alegrarle la vida a Elvia Figueroa, acoderan diariamente para embriagarse con un potaje que los vigoriza. Édison es uno de ellos. Frente a sus ojos tiene un plato en el que …