Pilar Rassa es abogada y activista. Su lucha contra la violencia de género ha sido el motor de su vida, por eso está al tanto de los datos que ponen en evidencia una realidad que lacera a las mujeres: el abuso sexual no sabe de clases sociales, parentesco ni edad.
Revista Digital Bagre conversó con ella sobre los derechos de las mujeres, el amor romántico
—El disparador del femicidio es el amor romántico, ¿qué opina de esa conducta amorosa?
No hay que llegar a los extremos, pero debemos enseñarles a nuestros niñas que no existen los príncipes azules.
El hombre que te ama no te quiere tener sujeta. Yo leí hace muchos años un poema de Rafael Larrea que decía “cuídate, mujer, del que te mima”.
Yo era joven y me parecía loco porque pensaba que era lindo que me mimaran. Pensé en ese momento, ¿qué le pasa a este señor?
Yo lo entendí muchos años después, y eso de lo que el poeta habla es el amor romántico. Este es el que permite la romantización de la violencia.
—¿Adiós Camilo Sesto, José José, Julio Jaramillo? ¿Tenemos que alejarnos de todo lo que haga apología del amor romántico, incluidas las canciones?
El Día de la Madre estaba en un homenaje y un grupo musical empezó a cantar “Propiedad privada” —para que sepan todas que tú me perteneces, con sangre de mis venas te marcaré la frente—.
Con una amiga nos quedábamos viendo y nos reíamos, pero no es gracioso si analizas la canción.
Intentan cortejar pero están controlando nuestros cuerpos. En el caso de los niños debemos hacerles entender que las mujeres no son propiedad de nadie.
En muchos de los femicidios la chica se quiso separar y fue asesinada porque para su pareja solo puede ser suya; suya y de nadie más. Algunos femicidas luego se matan.

Mi sobrino se queja de que su novia no quiere tener hijos y yo le digo que muchas mujeres no quieren y que eso es problema de ellas.
Entonces me pregunta, ¿para qué se casan? Se casan para tener un compañero de vida, pero si él quiere tener hijos y ella no, debe buscarse una pareja diferente.
Te toca explicar esto en el 2022 porque en el colegio no les están enseñando nada a los jóvenes. Los chicos y las chicas siguen esa influencia de las canciones: “pégale, azótala”; “con sangre de mis venas te tatuaré la frente”.
Esto es una forma de sometimiento. Entonces los hombres se creen nuestros dueños y cuando dices basta se enojan y llegan a esos extremos.
—Usted ha evocado el poema “Cuídate del que te mima”. ¿Eso significa que debemos rechazar a quien nos abre la silla y nos paga la cuenta?
A mí que me la paguen —jajajaja— pero cuando eso no significa una forma de sometimiento.
Muchas de las mujeres dicen no porque eso les genera un compromiso con él. Yo he visto casos en los que los hombres no les ceden los puestos a las mujeres con niños porque dicen que ellas quieren igualdad.
¡No sean estúpidos! Estos gestos se rechazan en relaciones donde se vislumbra sometimiento, pero además es una forma de que nosotras como mujeres asumamos que no necesitamos de nada ni de nadie.
—¿Por qué ciertos femicidas se matan?
Precisamente por lo que te decía hace un rato, porque consideran que la mujer es propiedad de ellos y al matarla se quedan sin el objeto de su posesión.
Ya no tienen a quién controlar, ya no tienen a quién, inclusive, torturar y se quedan vacíos.
Los hombres deben entender que las mujeres no somos propiedad de nadie, y las mujeres deben entender que no necesitamos de un hombre para subsistir, crecer y desarrollarnos.
La sociedad nos hace sentir tuteladas. “No puedes ir sola a la fiesta, lógicamente de noche nunca”. Es verdad que nos puede pasar algo pero se nos responsabiliza a nosotras de lo que ellos hacen.
En lugar de enseñarles a los hombres que las mujeres no se tocan, no se violan, no deben ser golpeadas, se nos enseña a las mujeres que debemos llevar la falda más larga, que no podemos salir solas, que debemos comportarnos.
Frente a eso te encuentras con una sociedad en la cual el desarrollo de las mujeres no es fácil. Desde que nacemos nos enseñan a tener miedo: no, cuidado, te dicen. Una mujer se emborracha y es como si tuviera un rótulo que dijera “viólame”.
No, por dios, ella puede estar tirada en un parque y tiene que ser respetada. Si veo a un hombre borracho en la calle me conmuevo y me preocupo de que no le roben; no se me ocurriría desvestirlo para violarlo.
—¿Qué edad tienen generalmente las víctimas de femicidio?
Están entre los 25 y los 35 años, pero hay de toda edad; desde los seis meses hasta los 75 años, igual que la violencia sexual.
Las mujeres somos violadas a cualquier edad, hay niñas desde el mes de nacidas hasta los 70 u 80 años. Conocemos casos de mujeres que han sido violadas en sitios de cuidados. Ese dato está en el mapa de femicidios.

Existe la percepción de que las feministas no cuidamos nuestra imagen. ¿Qué se hace con esta ambivalencia porque, por el contrario, si nos esmeramos en cuidar nuestra apariencia se nos tacha de frívolas?
—Y falta algo: si conseguiste un buen puesto es porque algún favor sexual le debes a tu jefe.
Mira la gravedad de la situación de las mujeres, en unos países más que en otros, pero aún así existe. Es que seguimos siendo interpeladas por lo que sea: si nos arreglamos, ¿por qué nos arreglamos?; si no nos arreglamos, ¿por qué no nos arreglamos?
La verdad no me preocupo mucho por eso porque las mujeres en este sistema machista y patriarcal ocupamos un segundo plano y no importa lo que hagamos.
La violencia es así, el sistema machista es violento con las mujeres. Debemos ser nosotras mismas, sea como sea. Si quieres tener hijos está mal; si no quieres también está mal.
“Nosotras podemos desarrollarnos sin necesidad de hacer lo que la sociedad espera de nosotras. Muchas mujeres en cargos públicos altos tratan de ser discretas con su imagen para que no se las trate como frívolas”.
O adoptan comportamientos machistas para hacer lo que hacen los hombres en cargos de dirección, pero es lo que les toca para ser respetadas en el entorno porque ellos no aceptan que una mujer dirija una empresa, una cartera de Estado.
Lo hemos vivido en carne propia. Si una persona con un buen cargo tiene dos asesores: un hombre y una mujer, el asesor hombre acompañará pero quien hará el trabajo será la mujer.