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Radiografía en blanco y negro de un edificio lúgubre

Forum Guayaquil
El edificio El Fórum fue inaugurado en 1981. Cinco años antes empezó su construcción. Sus oficinas, 486 en total, 16 por cada uno de los 27 pisos, eran ocupadas por abogados debido a la cercanía de la construcción con el Palacio de Justicia. Hoy, desde el piso 14 al 19, casi la totalidad de los departamentos están ocupados por familias venezolanas.

Una breve inspección al panel informativo que se halla a la entrada de El Fórum permite apreciar que la soledad del edificio se quedó allí a vivir a sus anchas.

Cuando fue inaugurado, en 1981, sus mentalizadores tuvieron motivos para sentirse orgullosos. Se trataba del edificio más alto del país —con 27 plantas más una terraza, desde la cual la ciudad se podía ver de un solo vistazo.

Era la oportunidad además para congregar a cientos de profesionales del Derecho que andaban buscando un sitio cercano a la ex-Corte de Justicia. 

Actualmente, desde el piso 14 al 19, casi la totalidad de los departamentos están ocupados por familias venezolanas. 

Algunas, como Rita del Socorro Moscardelli, han instalado pequeños negocios con venta de colas, bolos —tetas les llama ella— y otras golosinas.

Otros trabajan en los mismos bajos del edificio, ya vendiendo caramelos, vendiendo mascarillas y —según dice Rita en voz baja— hasta vendiendo su cuerpo. 

La evidencia de que hay más vecinos se puede apreciar por el murmullo de voces detrás de puertas fuertemente enrejadas, que no tienen nada que ver con alegatos, sino con temas tales como “coño, pásale el tetero al niño”.

Catalina Vergara, chilena, vive desde hace 10 años en el piso 27, pero no termina de acostumbrarse al edificio y, peor, a sus vecinos.

“Esta gente es de mal vivir, venden y consumen droga, y nadie los denuncia. Pero no solo eso: se orinan en las escaleras”, dice mientras desciende por las escaleras —18 escalones por piso— tratando de verle el lado bueno a la paralización de los ascensores.

“Como soy diabética, me hace bien caminar, aunque esto de los ascensores es por esos irresponsables que no pagan las alícuotas, por eso es que los paran”. 

Y las desgracias llegaron


Este edificio de la calle Vélez entre Seis de Marzo y Pedro Moncayo, también ha presentado sucesos que lamentar. 

El año 1993 marcó el inicio de estos hechos: Genaro de la A, herido en su alma por el abandono de su mujer, subió hasta la antena con su hijo de 10 meses en brazos y desde ahí intentó lanzarse para olvidar la deshonra que había sufrido. 

Aunque no logró su objetivo, dejó abierto el camino para otros suicidas. 

En el año 2002, una decepción amorosa llevó a una mujer de 26 años a lanzarse del piso 19 y acabar con su vida a ras de suelo. 

Seis años después, otra mujer, supuestamente alcoholizada, cayó por las escaleras desde el piso 18. Murió.

Otra tragedia sucedida en El Fórum fue la que sufrió Kevin Benavides Ruiz, un niño de solo seis años que murió cuando un vidrio se desprendió de una de las ventanas del sexto piso.

El último suceso trágico se dio en el 2014, cuando un señor de 72 años se asomó a ver si venía el ascensor.

Cuenta Sergio Sánchez, el portero, que el único crimen que se ha cometido en el edificio fue el de un doctor, cuyo nombre no pudo recordar, al cual estrangularon con una media unos supuestos empleados de una telefónica. 

El hombre perdió el equilibrio y cayó al vacío sin ninguna posibilidad de reponerse.

Sánchez, próximo ya a jubilarse, lo recuerda todo. Aunque estas historias perturban su memoria hay otras que le son gratas, como cuando, en calidad de ascensorista, le tocó subir a cuatro exmandatarios de la República: Abdalá Bucaram, Lucio Gutiérrez, Alfredo Palacio y Rafael Correa.

Aquejado por los recuerdos, Sánchez se retrae en el silencio y echa un vistazo al lóbrego edificio de cuyo nombre muchos guayaquileños no quieren ni acordarse.