Lady Gaga es libre y confía en sí misma. Muestra de ello es que la súper estrella del pop puede reinventarse una y otra vez con el paso del tiempo.
Ella sigue vigente para sus diferentes tipos de audiencia y, sobre todo, es capaz de llenar a tope los estadios en sus giras.
A pesar de que un día sus compañeros de clase crearon un grupo de bullying llamado Stefani Germanotta nunca serás famosa, Gaga ha demostrado que ella es la madre del pop.
Además, siempre estará vigente no solo por su impacto en la música y en la moda, sino por el mensaje que predica de amor propio y autoaceptación, a pesar de todos los comentarios negativos que surjan y surgirán en su contra.
Ser espectador de un show de Lady Gaga es una experiencia única, una celebración de la identidad y de la libertad.
Es la primera vez en cuatro años que Lady Gaga sale de gira para promover un álbum de estudio, después de cancelar gran parte del Joanne World Tour por problemas de salud, a raíz de su fibromialgia.
Presenciar un show de Lady Gaga es como ir a un desfile de modas en donde hay una diversidad de personas y de estilos. Es observar drag y cosplays con sus looks más icónicos.
Personas de todas partes del mundo viajaron para acudir al Chromatica ball celebrado el 11 de agosto de 2022, en el estadio MetLife de la ciudad de New York, un concierto que reunió a 55 mil personas. Muchas de ellas llegaron de otros países para poder verla.
Gaga comentó -en las promociones que hizo de su álbum- que el proceso creativo de este la sanó y ayudó a superar los traumas que ha arrastrado por años. Siempre resaltó que Chromatica se trata de bailar a través del dolor.
Los looks de Gaga en este tour fueron una oda a la nostalgia. Se presentó con sus vestuarios icónicos y, sobre todo, con el camp, una prenda que siempre ha sido parte de su esencia y encanto a la hora de vestir.
Aunque se rumoró que sus outfits serían creados por Versace, no fue así.
La mayoría de sus looks fueron creación de Topo Studio, la marca de ropa de su hermana Natali Germanotta, diseñadora de moda.
Ella entiende mejor que nadie a Lady Gaga.
Los otros diseñadores que vistieron a Lady Gaga para el tour fueron Christian Lacroix, Alexander McQueen, Gareth Pugh y Dead Lotus Couture.
El acto uno empieza con un video que muestra a Gaga sufriendo y llorando; el show inicia justo después de que una lágrima dorada cae sobre su mejilla.
La intérprete empezó cantando los éxitos más importantes de su carrera como Bad Romance, Just Dance y Poker Face, pero todo el tiempo está encapsulada y dando vueltas en el mismo sitio sin moverse.
Cuando finalmente se libera de la cápsula pasa al acto dos, donde está atada en una sala de ensayos, vestida de látex y sufre, pues pareciera que está cubierta de sangre, haciendo referencia al vestuario The Monster Ball Tour. En este interpreta Alice, Monster y Replay.
El acto muestra cómo Gaga está exorcizando el dolor que le ha causado no solo la fama sino el abuso sexual que sufrío al inicio de su carrera, por parte de un productor de música; y cómo sigue, a pesar de esto, buscando el país de las maravillas.
Canciones como 911, Sour Candy, Telephone y Love Game son interpretadas en ese momento. Las dos primeras, del último disco, y las últimas, de dos álbumes anteriores, se pueden interpretar como que siempre va a recoger sus primeros pasos en el camino a la liberación.
El acto tres muestra la liberación y el renacimiento de Gaga sin dejar atrás lo vivido.
Vestida de dorado como el ave Fénix, renace de entre las cenizas de su dolor, dejando entrever que ha peleado por su vida y libertad.
Canta en este acto las siguientes canciones: Babylon, Free Woman y Born this way, las que simbolizan su lucha y el lugar que se ha ganado dentro de la industria de la música.
El acto cuatro es el set en que ella toca el piano, en el segundo escenario, y donde más cerca se pudo estar de la intérprete.
El acto simboliza su trayectoria, el camino que ha recorrido, el aprendizaje y la disciplina que la llevaron a convertirse en la artista que es hoy.