La ayahuasca, también conocida como yagé, es una bebida empleada en la medicina tradicional por pueblos amazónicos de Ecuador, Bolivia, Brasil, Colombia, Perú y Venezuela.
El brebaje es una mezcla de dos plantas: la enredadera de ayahuasca (Banisteriopsis caapi) y un arbusto llamado chacruna (Psychotria viridis), que contiene el alucinógeno dimetiltriptamina (DMT).
La sustancia surte efecto sobre la corteza córtex cerebral. Puede provocar un cuadro psicótico agudo, en algunas personas, pero en otras, puede causar efectos irreversibles.
Los ancestros relataron que la toman para reencontrarse con su pasado, para analizar su presente y visualizar el futuro.
Pavel Almeida se sometió a este ritual con la intención de reencontrarse consigo mismo, porque atravesaba depresión.

Sin embargo, el lugar donde se practicó el ritual fue un punto de reclutamiento para aplicar explotación laboral.
“Cuando uno toma ayahuasca se encuentra está en estado vulnerable”.
Fue sometido a largas jornadas de trabajo y de “lavados de cerebro”, luego de que participara en rituales con la ayahuasca.
El caso se denunció ante la Fiscalía General del Estado; el Ministerio del Interior tiene una campaña para erradicar la trata de personas.
El joven narra su historia en Revista Bagre, porque no desea que nadie más le vuelva a pasar lo que él vivió.