Tendencias

El Día de la Cultura en Ecuador

Baile por las fiestas del Inti Raymi en Ambatillo, Ecuador. Fotografía: Isabel Hungría.

Cada 9 de agosto se celebra en Ecuador el Día Nacional de la Cultura. A propósito de esta conmemoración, Bagre recogió las declaraciones de la cineasta Mariana Andrade sobre las políticas culturales del país. 

—Las ideas que tiene la gente de para qué sirven las instituciones de cultura son diversas.

Para muchos es una feria del libro, para otros un festival de teatro. No necesitas un Ministerio de Cultura para organizar ambas. Con una oficina de celebraciones y eventos, bastaría. El país en general y tampoco sus gobernantes saben para qué necesitan un Ministerio de Cultura—. 

—El Plan de Gobierno del presidente Lasso menciona a las industrias creativas, habla de fomento, de desarrollo, de economía naranja. Pareciera que se reconoce al fin el valor del trabajo cultural como parte de la economía.

Y sin embargo, su ministra —y su ministerio— hacen exactamente lo contrario, es decir, apelan a políticas asistencialistas y no toman en serio al sector cultural—.

—Las políticas culturales impulsadas por los distintos gobiernos, son las mismas: populismo, demagogia, eventismo, tarimazos, espectáculos, aplauso incondicional—. 

—Es importante hablar sobre el trabajo cultural, trabajadores de la cultura, que producen productos culturales que se crean, se distribuyen y circulan en beneficio de consumidores donde la creatividad y la innovación son fundamentales, y en el cual se genera trabajo, se pagan impuestos, se crece profesionalmente. Ninguno habla de esto—.

Fiesta del Inti Raymi. Ambatillo, Ecuador

—La cultura para los políticos es como una entelequia de captación de votos, de subir la imagen, de tener un aplauso incondicional—. 

—No nos toman en serio. Me conmueve esta situación porque hemos peleado tantos años—.

Alguna vez usted dijo que las instituciones culturales están hechas para fallar

—Están hechas para fallar y para que te caigas. Hay poca credibilidad en esas instituciones y caos administrativo, desarticulación entre todas las instituciones encargadas del fomento cultural.

Entras a la función pública y estás sometida a un sistema de contratación pública en el que muy difícilmente puedes hacer entender a los burócratas o a los funcionarios de Contraloría por qué tus decisiones son tales o cuales—.

—Cuando entré a la Secretaría de Cultura pude conocer de cerca estas falencias. Ni siquiera tienen equipos técnicos ni antropólogos, sociólogos, filósofos, pensadores ni psicólogos que entiendan la cultura como parte fundamental del desarrollo.

¿Quiénes lo componen? Funcionarios públicos de muchos años que no pueden gestionar cambios profundos porque están sometidos al sistema de contratación pública, al control de la Controlaría, al poco personal y a las exigencias de la ciudad que demanda unas fiestas maravillosas en diciembre, porque ahí es donde se mide el capital político de los alcaldes, entonces al barrio tal le ofrecen la banda fulanita, al otro el disco móvil y al otro el desfile—.