“Lo que callamos los mimos”

Mimo Love innova cada cierto tiempo su show y su indumentaria. Fotografía: Cortesía Luis Cabrera.
Luis Cabrera Correa lleva 13 años dedicado a ofrecer sus servicios con el personaje Mimo Love. Sus anécdotas van desde lo jocosas hasta las más embarazosas.

Este 22 de septiembre se celebra el Día Internacional del Mimo, y es al actor francés Marcel Marceau, a quien se le atribuye haber resucitado el antiguo arte de la pantomima.

Desde pequeño admiró a los artistas silenciosos del cine mudo Buster Keaton o Harry Langdon, a quienes se esforzó en imitar.

La iniciativa sobre la fecha surgió del actor y mimo francés Jean Bernard Laclotte, quien propuso festejar este arte cada 22 de septiembre, en conmemoración a la muerte de Marcel Marceau.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Marceau actuó para animar a las tropas.

En 1946 se matriculó en la Escuela de Arte Dramático de París, donde cursó estudios con Étienne Decroux.

Un año después creó su famoso personaje Bip, con una cara blanca, ropa de payaso de anchos pantalones, una camisa marinera y una chistera vieja y deformada.

Marcel Marceau revivió la pantomima. Murió el 22 de septiembre del 2007. Fotografía: Virtual Pro.

Fue el mayor éxito de la temporada teatral 1955-1956 en Nueva York, y desde entonces hizo giras por las grandes ciudades de todo el mundo.

En el cine trabajó con el director Roger Vadim en Barbarella (1968) y con Mel Brooks en La Dernière folie (1976), dos cintas que contribuyeron todavía más a su fama internacional.

En 1978 creó en París una escuela de mimo en la que enseñaba la gramática de este arte para perpetuar el relevo.

Marceau creó en París una escuela de mimo en la que enseñaba la gramática de este arte. Fotografía: Toronto Star.

Otro personaje inolvidable fue Charles Chaplin, conocido como el mimo más popular del cine mudo y considerado uno de los artistas más geniales del séptimo arte.

Con su personaje de Charlot se hizo reconocido mundialmente. Su legado lo componen 79 películas filmadas en cinco décadas como actor y director. En 1972 recibió el Oscar, cuando hizo un breve retorno triunfal a Hollywood.

Actor, director y guionista de la mayoría de sus películas, a Chaplin nunca le hizo falta hablar para hacer reír al público o para hacerlo llorar. Fotografía: La Nación.

Fue productor, guionista, director y hasta compositor de bandas sonoras. Ha sido la inspiración de muchos artista a través del tiempo.

Mimo Love

El legado de Chaplin traspasó fronteras y se mantiene vigente. Y uno de sus fieles admiradores es Luis Cabrera Correa, quien artísticamente adoptó el nombre de Mimo Love, personaje que lo ha acompañado por 13 años, de los 30 que tiene.

Nacido en Guayaquil reconoce que estudió detalladamente el personaje de Chaplin.

El arte lo embulló de tal forma que incursionó en la danza, de ahí que sea bailarín y haya participado en las llamadas “horas locas”. En ese contexto aprendió cómo animar un show y también eventos.

Luis Cabrera confiesa que de niño le tenía fobia a los payasos y que irónicamente terminó pareciéndose a uno, pese a que los personajes son totalmente diferentes. Lo dice porque se pinta el rostro.

Ha conservado las bases de la vestimenta del mimo legendario así como el maquillaje blanco en la cara combinado con toques negros, Sin embargo, un poco de color no le va mal, por eso a su vestimenta con rayas horizontales en blanco y negro, le ha sumado el rojo.

A Mimo Love lo contratan para reconciliaciones la mayoría de veces, pedidas de mano, cumpleaños, activaciones y otros eventos. Fotografía: Cortesía Luis Cabrera.

Mimo Love ha estudiado al detalle el lenguaje corporal, pues como un buen mimo no habla, no debe hacerlo, pues se pierde esa esencia y magia que encierra el personaje.

Tiene varios shows y siempre está innovando, aunque en su agenda consta una nutrida clientela, pero al inicio le fue difícil hacerse conocer pese a que el mercado no está saturado de mimos.

Sus anécdotas

Un plus de su performance es utilizar un silbato con el que anuncia su llegada, entonces empieza la búsqueda de la persona a la cual le tiene que entregar un regalo que le envía su novia, una admiradora, una amiga o, en el peor de los casos, su amante.

Al recordar las anécdotas Mimo Love se ríe, pero a la vez dice que es muy discreto con lo que ocurre.

“Hay clientes que no me dicen nada y a veces me siento utilizado (se ríe); otros en cambio me cuentan sus intimidades, yo solo escucho y callo”, señala Cabrera.

A Mimo Love lo buscan también para recibir a viajeros en el aeropuerto o lo llevan a citas de amor. Fotografía: YouTube.

Entonces recuerda que en alguna oportunidad una dama lo contrató para que vaya a un restaurante llevándole un obsequio a un caballero. Él llegó y preguntó en la entrada por esa persona.

Lo fueron a buscar; al llegar a la puerta, el hombre le dijo a Mimo Love que no se acerque porque estaba cenando con su esposa. El artista quedó en shock, pues se dio cuenta de que la situación era embarazosa. Por eso siempre dice: “lo que callamos los mimos”, y se ríe.

En otra oportunidad, un chico que quería conquistar a una jovencita le mandó un obsequio con Mimo Love a la universidad. Pero, apenas este se le acercó, la muchacha empezó a llorar desconsoladamente.

Mimo Love lleva consigo carteles para que el homenajeado le entienda; sus shows también son personalizados. Video: Cuenta YouTube de Juno Herrera.

“Resulta que ella le tenía fobia a los payasos pese a que yo soy mimo; yo no lo sabía y mi cliente tampoco. Sus amigas me dijeron lo que ocurría”, cuenta todavía sorprendido.

Durante la pandemia hizo una pausa, pero de vez en cuando tenía presentaciones online, incluso personas radicadas en otros países le pedían que arme sus shows y que grabe videos.

Afirma ser un experto en shows personalizados; el tiempo varía entre 15 y 25 minutos. Los requerimientos por los cuales más lo buscan son para reconciliaciones y pedidas de mano.

También lo contratan para cumpleaños y activaciones de marca. A la semana tiene entre ocho y diez contratos. Incluso lo buscan para recibir viajeros en el Aeropuerto Internacional José Joaquín de Olmedo, en Guayaquil, donde lleva sus cartelitos.

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