¿Cómo llegó Libertas a Quito?

Monumento a la Independencia en Quito. Fotografía: Cristian Pineda/Bagre.

A Libertas y su séquito les dieron forma en Italia. Los artistas enviaban por barco, hasta Quito, fotografías de sus piezas elaboradas en yeso para su aprobación. 

Sobre el cóndor, que es parte de la comitiva que acompaña a Libertas, documentos de la época rescatados por los hermanos Durini (quienes fueron contratados por el gobierno de Eloy Alfaro para realizar la obra) dan cuenta que se envió a Italia por barco, un cóndor embalsamado que sirviera de referencia para su elaboración.  

El cóndor es un ave andina y los artistas italianos de aquellas épocas no tenían idea de su forma física. 

Libertas, fundida en bronce, tiene alma de granito rosa. Su túnica, como estilan las diosas, ostenta detalles en pan de oro, al igual que la tea y las armas que la acompañan. 

Cuando su elaboración finalizó, Libertas partió en barco desde el puerto de Génova, cruzó el Océano Atlántico, el estrecho de Magallanes y llegó al puerto de Guayaquil. 

Desde este destino, los cuatro contenedores que la movilizaban se trasladaron en el recién inaugurado tren hasta la ciudad de Quito, su destino final. La travesía duró cinco meses, desde octubre de 1905 hasta febrero de 1906.

Hasta esa fecha, la plaza que acogió a Libertas se conocía como Plaza Grande. A partir de su llegada, el nombre se cambió a Plaza de la Independencia. A su alrededor confluyen los poderosos: el Palacio de Carondelet, sede del gobierno ecuatoriano; el Arzobispado, seno del poder religioso y la Municipalidad, casa del gobierno local de la ciudad de Quito.

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