—Primero debo hacer una lectura espiritual. Muchas veces solo basta una fotografía, el nombre y la fecha de nacimiento. A través de la lectura del tarot o de la vela puedo ver el comportamiento de la persona que viene para asegurarme de que siente amor y no una obsesión— dice Gregorio Salomón covencido.
De niño veía a su padre y a su abuela “resolviéndole la vida” a todos aquellos que, atribulados o enfermos, buscaban sus servicios.
Estos antecedentes, los de su amplia dinastía de curanderos, le empujan a pedirle a la gente “que acuda a profesionales que sepan de este arte que se ha ido denigrando por tantos charlatanes que abusan de la desesperación y la angustia de las personas”.
Este brujo mide alrededor de 1,70 metros y es dueño de una melena de la que brota un manojo de canas que deja entrever su edad: 44 años.
“Hago toda clase de trabajos, desde amarres para que tu pareja vuelva, hasta limpias espirituales”, dice sin vacilación en su lóbrego consultorio ubicado en el centro de Guayaquil.
Allí San Gregorio Hernández, Ekeko, el Divino Niño, San Antonio y el mismísimo satanás cohabitan en perfecta armonía en medio de ajos, velas y montes.
—Realizo amarres a través de una prenda o una fotografía, o lo puedo desesperar (al amante fugitivo) por medio de un cigarro—.
Parte de las municiones del ritual de Gregorio Salomón son los preparados con sándalo, tabú, agua de rosa y candanga, además de montecitos macerados para canalizar las energías del cuerpo.
—Para el amor mandamos a hacer un florecimiento con pétalos de rosa, baños dulces, baños agrios y, cuando la ocasión lo amerita, limpias espirituales. Pero si se trata de endulzamientos, los montes con los que trabajamos son pétalos de rosa y miel de abeja —manifiesta.
Según el chamán es posible recuperar al ser perdido siempre y cuando se trabaje espiritualmente en el pensamiento de la persona rechazada porque en muchos casos esta tiene la mente distorsionada.

—¿Por qué se han separado las parejas que acuden a usted?
—Hay personas que se aburren y otras que no pueden mantener una relación con una sola persona; también hay casos en los que influye la familia.
Gregorio Salomón ha hecho trabajos para todo tipo de amores, como los contrariados, lejanos, o los que nacen entre personas del mismo sexo. “¿Si me entiende?”, aclara al hacer un inventario sobre su clientela desconsolada.
—He tenido casos de parejas separadas por tres años, que han estado en otra relación, y han vuelto —destaca Gregorio.
Al amante perdido se lo atrae a través de las buenas energías, es decir, trabajando en los buenos momentos que vivió con la persona que lo quiere de vuelta.
Su fe se apoya en las ánimas, en las almas benditas, en el cigarro, en las velas y en el poder de la mente.