¿Sabías que existió una época en la que las mujeres no teníamos derecho a estudiar, y por lo tanto, nos estaba prohibido investigar, ser científicas, o convertirnos en estudiosas e investigadoras de las ciencias sociales?
En Ecuador, por ejemplo, las primeras instituciones educativas laicas femeninas, se fundaron bajo el mando del expresidente Eloy Alfaro. Antes, la única manera que disponíamos las mujeres para acceder a libros y formación educativa, era ingresando a un convento religioso.
Colegios emblemáticos, como el Manuela Cañizares, inician sus activiades en la época de su mandato, es decir, a finales del siglo XIX e inicios del XX.
En años anteriores, el expresidente García Moreno, impulsó la educación femenina con tintes católicos. Para ello, trajo al país órdenes de congregaciones religiosas que fundaron las primeras instituciones educativas, como el Colegio de los Sagrados Corazones, regentada por las Madres de Picpus, originarias de Francia.
Sin embargo, en estos establecimientos educativos, las niñas y adolescentes recibían formación —únicamente— en catequesis, culinaria y bordado. Además el ingreso estaba restringido a niñas pertenecientes a las familias aristocráticas y de alcurnia.
Es por eso que los dulces y manjares tradicionales —como las quesadillas quiteñas o las colaciones—, eran recetas conocidas de manera exclusiva por estas damas selectas y las religiosas de los monasterios y claustros.
Por razones como esta, el organismo de las Naciones Unidas, estableció el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.
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Hipatia de Alejandría fue asesinada por ser una mujer científica y adelantada a su tiempo
¿Crees excesivo que las Naciones Unidas hayan designado el 11 de febrero como el Día de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia?
Tal vez no conoces la historia del cruel asesinato de Hipatia de Alejandría, una joven científica que nació —de manera probable— entre los años 335 y 370 D.C..
Hipatia, gracias a su padre, tuvo acceso a la Biblioteca de Alejandría. una de las más grandes e importantes de su tiempo. Además, cuando era niña, fue él quien comenzó a formarla en conocimientos como Matemáticas y Astronomía.
Hipatia también exploró la filosofía y oratoria, convirtiéndose en lideresa de los neopláticos alejandrinos, la esculea filosófica y de pensamiento caracterizada por la erudición y el sincretismo entre ideas filosóficas y religiosas.
Sus estudios y dedicación la convirtieron en la matemática y astrónoma más importante de su época. Entre sus logros, se destacan los comentarios geométricos que hizo a los apuntes de Apolonio de Perga.
También fue la creadora de la Teoría de Números de Diofanto de Alejandría. Se le atribuye además, una tabla astronómica basada en un libro de su padre, «Almagesto».
Hipatia de Alejandría mejoró el diseño de los primitivos astrolabios e inventó el densímetro, un instrumento que —en Física— sirve para determinar la densidad o el peso específico de los líquidos o de los sólidos.
Sin embargo, estos méritos, en lugar de ser objeto de admiración y reconocimiento, fueron la causa de su brutal asesinato.
Sobre quiénes fueron los mentalizadores de su asesinato, existen algunas versiones.
Investigadores como Sócrates Escolástico, sugieren un conflicto político-religioso entre el patriarca Cirilo y el prefecto Orestes.
Hipatia, respetada profesora de Filosofía, mantuvo relaciones profesionales con las autoridades políticas, que la convocaban para escuchar sus opiniones y conclusiones.
Esto generó tensiones y envidias en el patriarca Cirilo, quien fue el que organizó a las masas para que la secuestren, torturen y asesinen.
En el año 415, la comunidad judía apoyaba a Orestes, mientras la cristiana respaldaba a Cirilo, generando un clima hostil.
Su asesinato se debate entre si fue a manos de exaltados, o de creyentes en Dios, según el mencionado Sócrates Escolástico.
Lo que sí es cierto, es que su asesinato fue atroz: Hipatia de Alejandría fue arrastrada, despojada de su vestimenta, apedreada y quemada en la iglesia de Kaisarion.
Hipatia de Alejandría se convierte así en un símbolo de persecución y resistencia, recordando tiempos oscuros de intolerancia religiosa y lucha por la libertad de pensamiento, en los que, además, investigar y hacer ciencia, era un peligro para la religión, que basaba su poderío en el oscurantismo y la tradición.
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Las niñas y las mujeres en la ciencia, en tiempos de IA
Según las Naciones Unidas, en el año 2018, las mujeres representaban el 33% de los investigadores a nivel mundial.
En ese mismo periodo, en el campo de la Inteligencia Artificial, las mujeres constituían el 22% de los profesionales del sector.
Las mujeres seguimos siendo minoría en puestos técnicos y directivos en empresas tecnológicas. Según el informe «Women in Tech 2022», «sólo 1 de cada 5 personas que trabaja en el campo tecnológico, es mujer».
La sensación de infravaloración es la principal razón por la que las mujeres abandonan el sector en Estados Unidos.
En el mundo empresarial, las cifras tampoco son alentadoras: según las Naciones Unidas, en el 2018, sólo una de cada cuatro investigadoras era mujer, y enfrentaba serias dificultades para obtener financiamiento al fundar su propia empresa. En 2019, apenas el 2% del capital riesgo se destinó a empresas femeninas.
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11 de febrero, un día para incentivar que las niñas y las mujeres nos involucremos en la ciencia
Después de conocer estos datos, ¿te sigue pareciendo exagerado que las mujeres tengamos un día dedicado a incentivar nuestra participación en la ciencia?
Es hora de que las mujeres estemos presentes en todas las áreas del concomiento, libres de esterotipos y sesgos que perjudiquen nuestro desarrollo.
Sólo con igualdad de opotundiades será posible que el mundo reconozca y valore el aporte de las mujeres, no sólo en la ciencia, sino en todas las áreas y aspectos de la vida y el desarrolo.
