Paola Pabón y Viviana Veloz, las wannabes de la moda que se inspiran en Pinterest

año chino del dragón de madera 2024
Ilustración: Alicia Galarraga. Créditos fotografía: Plan V.
En la posesión presidencial de Daniel Noboa, Paola Pabón y Viviana Veloz brillaron por sus elecciones de estilo desacertadas y fuera de lugar. "Todo comunica". Este precepto básico de comunicación y marca personal fue ignorado olímpicamente por las dos autoridades

“El objetivo de la moda es que la gente se sienta bien. No se trata de expresar el sufrimiento y la desdicha con tafetanes”.

Esta es una frase del kaiser, Karl Lagerfeld, que no se cumplió, en ningún momento, en los estilismos que vimos en la ceremonia de posesión del presidente Daniel Noboa, el 23 de noviembre último.

En ese evento protocolar, ¡todos sufrimos!

Sobre todo, quienes vimos pasar por la alfombra roja de la Asamblea Nacional de Ecuador —lugar de la posesión presidencial— prendas que a través de cada pliegue, ojal y costura respiraban mal gusto.

alt="wannabe" Viviana Veloz - Paola Pabón

Porque, o eran dignas de otro lugar, otra estación, otra hora, otro cuerpo y ¡hasta otro tiempo!

No voy a hacer una crítica. Ya hubo muchas, ¡muchísimas!, en las redes sociales. Unas más acertadas, otras más venenosas.

Pero sí voy a analizar dos de los outfits más llamativos por la cantidad de errores que reunían. También voy a señalar cómo mejorarlos.

Arrancaré con la señora Prefecta de Pichincha, Paola Pabón. Voy a ser lo más objetiva posible, aunque la Pao no es santo de mi devoción. Y como dice Jeffrey Star: “Jesus, take the will”.

Paola Pabón, primaveral y exótica, a 2800 metros de altura

Paola Pabón, en su traje de luces sobre la alfombra roja de la ceremonia de posesión de Daniel Noboa. Fotografía: Plan V.

Vamos a ver. La Pao, o el asesor de la Pao, tiene idea de lo que está en tendencia en el 2023. Las telas con brillo (sedas, satines, lentejuelas). La prefecta decidió que eso era lo más adecuado para asistir a un evento protocolar de esta magnitud.

Así, Paola Pabón se puso una camisa de corte tradicional, con cuello camisero, la tapeta cubierta para que no se vean los botones, escote en V, manga ¾ y en color azul rey.

El corte es un básico de todo armario, que le queda bien a la mayoría de las formas de cuerpo. Sin embargo, yo, de la Pao, me hubiera dejado el cuello de la camisa algo levantado para estilizar. En cuanto al color, merece un “cero y vaya a sentarse”.

Paola Pabón, como la mayoría de latinas, es de piel cálida. Por lo tanto, el azul rey es el color que le hubiera escogido la actual novia del ex. Para vengarse.

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La camisa no le queda bien plantada por un detalle que es básico, y en el que la mayoría de mujeres falla. Pao tiene puesto un mal brassiere. No sujeta su pecho (que es generoso), lo aplasta y lo deja caer.

La ropa interior se nota completamente y eso es gracias a la tela. Las telas satinadas muestran hasta el pecado original de las personas.

En la cintura, no se distingue si es un fajín y corte de la blusa camisera. O si es la pretina del falda. No se logra entender ese detalle del traje. Pero algo es clarísimo: ¡es horrible.

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A lo largo de su carrera política, se puede apreciar que las habilidades de Paola Pabón, no son el estilismo ni la moda. Fotografía: Daniel Solórzano, plataforma Flickr.

Al parecer, la finalidad era que a Pabón se le dibuje una cintura. Cintura que no existe. Este detalle se hubiera solucionado con una faja que cree la curva del cuerpo. Una buena faja, hace milagros, mi Pao.

No obstante, el verdadero desastre de este traje está de la cintura para abajo. A la Pao hay que recordarle que usar estampados es como comer pescado: Se debe hacer con mucho cuidado. La falda no tiene una caída óptima ni elegante. Es amplia y satinada con un estampado de flores gigantes de colores azul rey, amarillo y naranja; además, unos manchones marrones. Es una mezcla extraña de formas y colores.

Si bien la idea de “equilibrar” el cuerpo de la Pao es buena, la ejecución no pudo ser más mediocre. El peso de la tela no es el correcto para este corte de falda. El largo, además, debería rozar el empeine y mostrar la punta del zapato.

La falda primaveral de la prefecta le llega sólo hasta más abajo del tobillo, dejando ver un par de zapatos color café (¡café!) con plataforma, que se ven demasiado gruesos. Parecen trompitos esos pies.

Lo mejor para esta clase de falda es unos pump o unos stiletos de punta, de color azul. O en su defecto, unas sandalias metalizadas. sin exagerar en la intensidad del metalizado, porque el evento fue en el día. En resumidas cuentas, debió usar unos zapatos que le estelizaran la figura.

Al escoger sus accesorios también falló de manera estrepitosa. Los aretes pasan inadvertidos, es como que no los usó. El cabello recogido no es el que mejor le va a ella. Su cara es redonda, casi sin ángulos. Lo mejor era utilizar un recogido alto con el partido a un lado, o con algunos cabellos sueltos a los lados de su rostro. También hubiera funcionado un recogido desordenado en la nuca.

Del maquillaje no hablemos porque parece que no hay nada de qué hablar. Ese rostro está desnudo.

Viviana Veloz, la wannabe de Pinterest

Viviana Veloz con el atuendo que eligió para la posesión de Daniel Noboa. Fotografía: Portal Plan V.

Ahora vamos a hablar de otra autoridad política que también quiere ser elegante, pero no lo logra: la Vicepresidenta de la honorable Asamblea Nacional de Ecuador, Viviana Veloz.

Vivi, la wannabe de Pinterest. Léelo con un suspiro profundo y prolongado.

¿Por dónde empezar, por dónde empezar?

La Vivi, la Vivi…tiene buenas intenciones, tiene alguna idea de lo que es la moda y el estilo y tiene la plata para comprar todo lo que ve en Pinterest, de eso no tengo dudas. Sólo hay que recorrer si IG y mirar las fotos de su meteórica carrera en la política ecuatoriana.

El análisis de su estilismo en la ceremonia de posesión de Daniel Noboa lo voy a empezar por los pies, para ser coherente con el accionar de la joven política.

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Los zapatos le quedan grandes. Puedo ver que en la parte del talón hay un hueco que no debería existir. El zapato debe ajustar perfectamente al pie. Menos mal estuvo sentada todo el tiempo. Hasta cuando ingresó el expresidente , Guillermo Lasso, porque seguro caminaba chirleando el piso.

Otro error. Los zapatos ni contrastan, ni complementan y mucho menos, hacen juego con el vestido. Cierto es que son de raso (que es tendencia) pero los pobres están ahí, perdidos, botaditos, nadando en sus pies.

Lo ideal hubiera sido el usar un zapato del mismo diseño pero de un tono contrastante. ¡Qué se yo! Un verde esmeralda, un verde pino, un azul persa, e incluso, un azul marino.

El largo del vestido es un fail (error) completo. No es ni de acá ni de allá, se queda en medio entre lo que debió ser y lo que hubiera sido mejor.

Con él, Viviana Veloz parece una beata salida de algún recóndito pueblito.

Viviana Veloz, demostrando que su estilismo desastroso en la posesión de Daniel Noboa no fue un hecho aislado. Esta fotografía pertenece al periodo anterior de la Asamblea Nacional. Créditos: Flickr.

El ruedo, ¡Madre del amor hermoso! !El ruedo! Es tan fino que hace lo imposible, aunque no lo consigue. Hace ver al vestido aún más corriente. El dobladillo de las faldas y de los pantalones son determinantes para conocer la calidad de una prenda. El dobladillo debe ser recto y permitir que la caída de la tela sea igual. La costura no debe verse ¡bajo ninguna circunstancia! Por eso, en la ropa finamente cosida, el dobladillo se realiza a mano.

El dobladillo debe tener un grosor mínimo de tres centímetros y un máximo de cinco, para que el acabado sea de calidad. En este caso, ese terminado era de lo más burdo.

El vestido, de color marfil y tela satinada, es sencillo, con corte recto y cuello en V, con plisados (mal estructurados y peor planchados) al borde del escote (profundo el escote, demasiado para el evento).

Sin embargo, carece de forro y permite —como toda tela con brillo—, revelar cada gordito, lonjita o flotador en el cuerpo de Vviviana Veloz. Se aprecia que la Vicepresidenta de la Asamblea Nacional tiene pancita y hasta dónde se hunde su ombligo. Una faja modeladora o una ropa interior adecuada le guardaban mejor sus secretos.

Por otra parte, el color del vestido no le favorece. La Vivi es de piel cálida y cabello negro —alto contraste— y ese beige no le ayudan para nada. Un beige natural, un beige cálido o hasta un camel suave le iban mejor.

El estilismo del cabello fue otro desastre. El cabello en media cola y lacio acentuaban la redondez de su rostro y le daban una apariencia de dureza, que se acentuaba con el maquillaje. El labial rojo estaba ahí metido a presión y la base que le pusieron era demasiado brillante. En lugar de hacer lucir su piel juvenil, la hacía ver grasosa y con manchas, que estoy segura por otras fotos de Instagram que he revisado, no tiene (sarcasmo a su máximo nivel).

Lo que sí fue un acierto es la cadenita dorada que usaba, sencilla y suficiente para adornar su cuello. La Vivi, si logra entender cuáles son sus colores y los cortes que le favorecen, podría lograr sorprendernos con algún atuendo agradable en algún momento de su tiempo en la Asamblea Nacional.

Y hasta aquí, mi crítica constructiva para los estilismos de Paola Pabón y Viviana Veloz en el día de la mentada posesión presidencial.

Ahora voy a esperar con paciencia que otros estilismos caigan en mis manos para volver a jugar, como cuando era pequeña, imaginando que son las “cucas” que me regalaba mi tía Susi, y a las que yo les hacía vestidos.

*Teodora es Comunicadora Social con un máster en marketing. Tiene 21 años de experiencia en asesoría de marca personal y relaciones públicas.

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