Cultura urbana

La Patrona de La Cantera

Ilustración: Manuel Cabrera.

“Abrí los ojos y el tipo estaba tratando de violarme”. Álex (nombre protegido) cuenta el momento en que un sujeto quiso abusar de ella.

La joven (de entre 30 y 35 años), de contextura media, piel trigueña y cabello hasta los hombros, es trabajadora sexual.

No da mayores detalles de ese instante en que su vida corrió peligro. Las imágenes saltan. “Recuerdo partes concretas”, dice. 

Un “cliente” la subió a un taxi. Después, la mujer y el cliente llegaron a un lugar solitario; se ubicaron al pie de un graderío. Cuando Álex se dio cuenta, el individuo sacó una navaja del bolsillo y la sometió echándola al suelo.

“Cerré mis ojos y pedí con fuerza a nuestra patrona. Sentí una luz bien brillante dentro de mí. Empecé a llorar. Y, de repente, el hombre se levantó y se fue como si nada”, cuenta la joven.

Álex está convencida de que una “fuerza divina” la protegió. Ese milagro lo atribuye a La Patrona de La Cantera. 

“Fue algo inexplicable. Me salvó la vida, me dio una segunda oportunidad. Ahora estoy aquí por ella y nadie me la va a quitar de mi cabeza y de mi corazón”, refiere.

Representación artística más que religiosa

La Patrona de La Cantera es una imagen a la que las trabajadoras sexuales le rinden culto y le rezan.

“No es igual a las demás representaciones de las vírgenes de Ecuador como la de El Quinche, El Cisne, Rosario de Agua Santa, que son reconocidas por la Iglesia Católica como la Madre del Señor”, explica el padre José Conde Castillo, en el trabajo titulado Reinterpretación gráfica infantil de las diferentes advocaciones de la Virgen María.

“Esta figura va más allá de los preceptos religiosos. Se trató de una construcción artística para representar a las sexoservidoras”, indica Fernando Falconí “Falco”, artista transdisciplinario como se autodefine.

La creación de la figura, señala, partió de un cuestionamiento ante una rutina social. Y reitera que “las trabajadoras tienen derecho a una representación de virginidad”, resalta.

“En esta sociedad machista se divide a la mujer. Si es pura o es puta. No estoy de acuerdo.

Esa contestación la llevó a entender que este grupo humano está en situación de vulnerabilidad y que requiere atención.

Eso lo advirtió Marcela Holguín, miembro de la Comisión de los Derechos de los Trabajadores y Seguridad Social de la Asamblea Nacional. A mediados de junio de este año, la legisladora lideró una reunión en la que analizó la situación de las féminas en servicio de calle. 

Explicó que en Ecuador no hay cifras oficiales de cuántas damas se dedican a esta labor. Pero hay un estimado de 67.000 mujeres que ofrecen el servicio, de las cuales 54.000 son madres y jefas de hogar.

El artista Manu Chao interpreta “Me Llaman Calle”, un tema que habla de la labor que cumplen las trabajadoras sexuales.

La parlamentaria advirtió que la actividad se realiza en forma semiclandestina. Es decir, sin garantías laborales. 

En este círculo, advierte, también se propicia la trata de personas (captación mediante amenaza) y el proxenetismo (obtener beneficios económicos de la prostitución a costa de otra persona).

“Falco” añade otros motivos por los cuales, las prostitutas son un grupo vulnerable. Muchas están vinculadas con la pobreza ya que carecen de oportunidades por falta de formación educativa.

Holguín menciona que alrededor del 16% de las servidoras ha culminado sus estudios de secundaria y que desde el Estado no se incentiva su formación académica.

Pilar Pallares, presidenta de la Asociación de Prostitutas, menciona que ellas tampoco tienen acceso a la salud, ya que no se las toma en cuenta en el Código de la Salud.

A eso se suman las agresiones de las que son víctimas por parte de policías, hombres y clientes. Explica que debe haber una reforma al Código Orgánico Integral Penal (COIP) para evitar agresiones contra ellas. 

La Patrona nació en las entrañas de La Cantera

La construcción de la figura se llevó a cabo en 2009. Han pasado 13 años de la creación de la imagen, pero la fe no se pierde entre sus devotas. Al punto que la imagen se hizo popular entre las “colegas” del sur de Colombia y el norte de Perú.

“La creación fue producto de un trabajo en equipo”, dice “Falco”. Fue así que la obra se denominó “Nuestra Patrona de la Cantera, Patrona de las Trabajadoras Sexuales, los artistas y los poetas”.

En ese entonces, el artista expuso el proyecto a Italia Vaca, representante del Danubio Azul, una casa de citas (prostíbulo), ubicada en la calle Pedro Pecador, en la zona de La Cantera, en el barrio de San Roque (centro de Quito).

El artista acudió a esta zona debido a que allí pernocta un gran número de mujeres que laboran en la calle.

Según cálculos del Municipio de Quito, en lo que va del año, en el sector existen 270 trabajadoras sexuales de entre 18 y 70 años. Las zonas de mayor concurrencia son la Plaza del Teatro, el sector de Santo Domingo y el bulevar 24 de Mayo.

El intercambio de favores sexuales originó la clasificación de servicios. Así, por ejemplo, existe la denominada prostitución callejera, que es la búsqueda de clientes en lugares públicos.

Escort, la mujer que ofrece su compañía en un evento, simulando la existencia de una relación sentimental.

Esta práctica también se ejecuta en burdeles, donde brindan favores sexuales a cambio de dinero, como parte de la oferta.

Las “prepago”, en cambio, son denominadas “prostitutas de altos estratos”.

Tomando en cuenta que existen trabajadoras con distinto perfil, “Falco” organizó un taller con 17 de 25 trabajadoras del Danubio.

No sin antes aclarar que el proyecto se ejecutó con damas que ejercían la actividad de forma libre, voluntaria y autónoma.

“Rechazo la explotación sexual, la trata de personas. Yo no he trabajado ni trabajaré con mujeres obligadas y violentadas, tampoco con menores de edad”, enfatiza.

A imagen y semejanza

Tras horas de trabajo se conformó el aspecto del retrato, que se inspiró en características de las mismas servidoras sexuales, entre ellas, un lunar sobre el labio, “para representar la coquetería”, dice el artista. 

Al finalizar, la obra no fue nada cercana a la imagen de la Santísima Virgen, sino más bien de una mujer exuberante, con rostro parco, de ojos grandes y oscuros, enmarcados en un pelo rizado hasta la cintura.

Su silueta está cubierta en un atuendo crema con tirantes, escote y un dobladillo que arrastra lleno de flores y pasto.

La Patrona se lleva su mano derecha a la zona escapular, similar a la Venus de Botticelli.

La izquierda, en cambio, sostiene una especie de balanza. En un lado cuelga una cesta que carga un bebé y en el otro, hay un cofre con dinero y joyas.

La balanza está inclinada hacia el recién nacido. Significa que, para ellas, los hijos son lo más importante.

La representación se coloreó en un bloque de piedra a cargo del pintor David Santillán, que se instaló en la entrada de la casa de citas.

La obra se exhibió en el Museo Nacional (MuNa), en Quito. Ivette Celi, directora del MuNa, declaró a la Agencia EFE, que la Patrona, además de mostrar uno de los “progresos artísticos contemporáneos”, interpela al público “sobre la convivencia y el respeto” a la diversidad, eslabones básicos de la cultura.

Un equipo de 17 trabajadora colaboraron en la creación de la imagen. Fotografía: Cortesía.

Las putas también tienen sus santas

Las trabajadoras llevaron su devoción a otro nivel. Las creyentes crearon una oración que la imprimieron en estampitas.

“¡Oh Patrona de La Cantera! / protégenos de todos los males terrenales / protege también a nuestras familias y al mundo entero / Bendice nuestro trabajo / del día a día…”, versan algunas líneas de la oración.

Entre las servidoras se corrió la voz de la existencia de la nueva Patrona. Su difusión tuvo “pegue”. Tanto así que entre ellas se comparten estampas, cuenta “Falco”, quien también lleva una copia en el bolsillo.

Bridget (nombre artístico) es dama de compañía desde hace seis años. Ella escuchó de La Patrona, pero nunca le ha orado. “Me persigno para alejarme de todos los peligros. Solo eso”, explica.

Sin embargo, advierte que le encanta la idea. “Es una forma de decirle a las ‘santurronas’ que las putas también podemos tener nuestras santas”.

El trabajo final de la elaboración de la imagen se colocó sobre una base de piedra, al ingreso del local donde atienden las servidoras sexuales. Fotografía: Cortesía.

Desde la Iglesia Católica no hay conocimiento de la creación de La Patrona. Eso lo advierte el padre Juan Carlos Garzón, director del Instituto Teológico Pastoral del Ecuador, quien matiza que la devoción depende de cada persona.

“Usted no cree en la Virgen de Fátima y no pasa nada. La devoción es personal. La Iglesia no está para juzgar, sino para acompañar. La vida de cada persona es un mundo. Al final, el Papa Francisco nos invita a que seamos misericordiosos y que acompañemos”, destaca.

En esa línea, Garzón advierte que la doctrina del Santo Padre establece una iglesia que acoja a los individuos, que no juzgue.

“Cada persona tiene su historia y solo Dios juzga”. 

Juan Carlos Garzón, director del Instituto Teológico Pastoral del Ecuador

Pasión por los sectores vulnerables

“Falco” encaminó este proyecto producto de su formación académica en artes visuales. El creador cuencano siguió la licenciatura en Artes Visuales en la Universidad Estatal de esa ciudad. 

Después, un posgrado en Arte y Nuevas Tecnologías en Madrid (España). Posteriormente fue docente en la Universidad San Francisco y director de la Carrera de Artes durante cuatro años.

En 2018 siguió un doctorado en la Universidad de Guanajuato (México). En la actualidad es catedrático en la carrera de Artes Plásticas en la Facultad de Artes en la Universidad Central.

“Falco” no solo se inclinó por crear propuestas con las trabajadoras sexuales. Su interés por los grupos en condiciones vulnerables llama su atención.

En 2013, el cuencano presentó la muestra denominada Cartografía Cuarta, que realizó con 11 personas con discapacidad visual, que integraban el Centro de Formación y Capacitación Laboral para Ciegos (Cefoclac).

Cada voluntario le indicó cuál era su lugar favorito en la urbe capitalina. “Me pregunté cómo sería la percepción de lo bello si se percibe con otros sentidos”, explica.

La primera en participar fue una mujer, que lo llevó a un puente en el sur de Quito.  El artista dijo que vio un botadero de basura, pero para la señora “era el lugar más bello de la ciudad”.

Para ella, ese era el lugar más bello de la ciudad porque se paraba con su esposo, también invidente, en medio del puente, a escuchar el sonido del río e imaginar que habría en el mismo, como peces, por ejemplo.

Al segundo voluntario lo llevó a la Plaza Iberoamérica, en la Universidad Central, en donde se encuentran 22 bustos de los héroes indígenas. 

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Para el voluntario era su rincón favorito porque podía tocar los rostros de cada escultura e imaginar sus expresiones (de alegría o de tristeza).

Con esos testimonios, se instaló una exposición que duró un día, a la que acudieron alrededor de 60 personas.

Para la muestra se utilizaron los audios de los voluntarios que describieron “sus lugares hermosos”. Y además elaboró una cartografía sonora.

Y, para los no videntes, una cartografía táctil. Para ello, usó un mapa de Quito y delimitó con silicona los lugares que visitaron. Además, escribió en braille el nombre de los voluntarios.

“Estas experiencias no solo me enriquecen como artista, sino también como persona porque conozco las particularidades de grupos vulnerables”, reitera el creador.

Talleres para privados de la libertad

Hay otro trabajo que está en marcha. Desde 2016. ”Falco” lidera un proyecto con personas privadas de la libertad.

Los internos asisten a talleres de performance “creaciones artísticas basadas en el trabajo y puesta en escena corporal, presentada a un público”, “como un elemento de apoyo en los procesos de rehabilitación individual y colectiva”.

De momento ha trabajado en el Centro de Adolescentes Infractores (CAI) de Cuenca, Centro de Privación de Libertad de Turi, en Cuenca y el Centro de Readaptación Social Cereso, Guanajuato (México).

“Falco” es consciente de la crisis carcelaria que atraviesa el país. De acuerdo a cifras proporcionadas a Revista Bagre por el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI), entre 2021 y lo que va de 2022, en el país hubo siete matanzas al interior de las cárceles.

Estos actos dejan -hasta el momento- 357 reos asesinados. El año pasado se reportó el mayor número de víctimas fallecidas (122).

Las cifras no asustan a “Falco”. Está convencido de que la sociedad debe atenderlos.

“La gente los rechaza y los margina (a los reos). Habrá gente que no cambiará, pero por una persona que tenga intención de ser mejor, hay que trabajar. Las cárceles deberían ser responsabilidad social de todos nosotros”, concluye. 

Créditos:

“Nuestra Patrona de la Cantera”

Concepto y dirección: Falco

Realización: Italia Vaca, Fernanda, Lourdes, Sukía, Leidy, Estrella, Lily, Michael, Yolanda, Samatha, Jessy, Lore, Cris, Travelina, Estefy, Nena, Rosy, Gaby, Zuli y Falco.

Pintura: David Santillán.

Agradecimientos: A todas las chicas del Danubio Azul, de la Cantera y del trabajo sexual que participaron en este proyecto.