Hoy se canta en español. Los artistas latinos han logrado –por mérito propio, por acceso a plataformas digitales o porque ya era hora de que nos toque– que las canciones más escuchadas a nivel mundial tengan letras en nuestra lengua materna.
Mis colegas de los ochenta y noventa (con colegas me refiero a esos compañeros de generación) seguro recuerdan que nos llegaba toda la música en inglés y, en su mayoría, por la legendaria MTV. La consumíamos con muchísimo gusto aun cuando no sabíamos siquiera qué significaba la lírica del hit de ese momento.
La reguetonera más importante de la actualidad, Karol G (1991), recordaba en una entrevista realizada en Forces of Fashion de Vogue: “mi generación creció escuchando música en inglés y nosotros cantábamos las canciones como podíamos, porque ni siquiera hablábamos el idioma, uno literalmente se inventaba las letras, hoy día pasa al revés. Yo tengo conciertos en los que el público es totalmente anglo y alcanzo a escuchar las pronunciaciones diferentes, pero se me hace muy lindo que eso que en un tiempo nos tocó a nosotros ya sea diferente en este momento”.
Es que Carolina Giraldo sabe que las cosas han cambiado y que, en mucho, ella y otros representantes de la denominada música urbana son los protagonistas de esta historia. Pero no pasa solo por el idioma.
Ya decían Adorno y Horkheimer, en su obra Dialéctica del esclarecimiento, que la industria cultural –compuesta por los grandes medios de comunicación, en los que hoy se incluyen las redes sociales– impone valores, crea necesidades y establece lenguajes en la sociedad.
La Bichota
Las nuevas generaciones han encontrado en los exponentes de la música urbana a figuras admirables. En el caso de Carolina, por ejemplo, se ha explotado el empoderamiento femenino y el respeto a la diversidad.
Su tema “Bichota” es uno de los éxitos que más caló en muchas mujeres. La artista quería resignificar el término que en masculino (bichote) se refiere al jefe de un punto de narcotráfico. Según sus palabras, buscaba que quienes canten este sencillo se sientan empoderadas y que tienen el control.
Salgo acicala’ de pie’ a tope
Porque puede ser que con el culo mío te tope’, tope’
Me siento bichota sin salir del bloque
To’ me quieren partir y no tienen con qué
Roncan, pero no pueden con mi pum-pum, con mi pum-pum
Y si hay alguien que me rompa
Porque no pueden con mi pum-pum
Con mi pum-pum, con mi pum-pum
“He visto mensajes de niñas que se quieren arreglar súper lindas para sentirse bichotas como niñas que en realidad están pasando por una situación difícil y dicen `no, yo soy una bichota y voy a pasar por esto, lo voy a superar´ y eso se ha vuelto un movimiento gigantesco”, dijo Carolina con un acento medellinense profundo.
Algo llamativo, sin embargo, es que Karol G comentó en una entrevista publicada en la revista internacional GQ, que ella no se considera feminista: “(…) soy una mujer empoderada que ha logrado sacar adelante sus proyectos. El feminismo sólo crea más divisiones, y yo quiero que haya igualdad”.
Abro paréntesis.
¿Por qué utilizo el término llamativo? Porque el feminismo es precisamente eso, una teoría política que procura la equidad entre hombres y mujeres, así como la igualdad en derechos de todos los seres humanos.
Cierro paréntesis.
Carolina siente que tiene una misión y es que, a través de su música, debe llevar un mensaje de seguridad, de amor propio. “Cuando tú no tienes a quién amar, estás tú misma. Tienes que quererte, tienes que levantarte, ponerte mamacita para ti, salir y sentirte la más chimba, ir al gimnasio y decir ‘ese cuerpo de verano a mí no me lo cuentan, sino que me lo aplauden a mí’. Es algo con lo que me despierto todos los días, que quiero compartir con los demás para que se sientan igual”, contó.
Ese despertar también lo comunica en su sencillo “200 copas”, en el que le envía un mensaje a una amiga (todas podemos ser esa amiga).
Amiga
Marica, ya
(…)
Amiga, deja solo a ese payaso
Si le pagan por hacerte sufrir ya sería millonario
Desde ahora se convierte en adversario
Y hoy salimos a beber si es necesario
Y nos tomamos las doscientas copas que hayan en la barra
Y nos subimos a cantar la “Tusa” hasta que todos se vayan
Esta noche voy a cumplir con mi misión
Es que tú repitas “el pedazo ‘e mierda es él y no soy yo
Experimentar después de aceptar
“Cuando empecé cuidaba mucho que como mujer no podía cruzar ciertas líneas o no podía hablar de ciertos temas, o expresarme de cierta manera”, dijo la artista colombiana, quien, a través de un proceso que liberación, empezó a imponer un estilo propio y bajo sus normas.
Karol G es una de las precursoras de la fusión de diversos géneros, todos dentro de la música popular. Por ejemplo, “El barco” de su disco KG0516 es un juego entre bossa nova, con el dembow del reguetón, por ahí unas guitarras de bachata y unos toques más que hacen que la melodía sea definitivamente diferente e innovadora.
Como dice su canción “El makinon”, ella vino para romper reglas y normas.
(…)
Hasta abajo desde los 16
Desde chamaquita rompiendo la ley (rompiendo la ley)
El DM explotando, pero e’ que no hay break
Nos comimos hoy, mañana replay (ah-ah)
Hasta abajo desde los 16
Desde chamaquita rompiendo la ley
El DM explotando, pero e’ que no hay break (uy)
Nos comimos hoy, mañana replay (ahora no hay break, papi)
Y no solo ha experimentado con eso. Su papel de superestrella la hizo trascender en el mundo de la música y la ubicó en el primer puesto en un género donde las mujeres no tenían cabida sino hasta hace muy poco. Pero más allá de eso, la cantante rompió barreras y decidió navegar por las aguas de la actuación.
Sí, Carolina compartirá pantalla con Sofía Vergara en Griselda, una miniserie de Netflix inspirada en Griselda Blanco, una mujer colombiana que creó uno de los cárteles más rentables de la historia. La fecha de estreno aún está por confirmarse.
La latinidad
Algo de lo que no cabe la menor duda es que Carolina está muy orgullosa de ser latina, de ser colombiana, de hablar español, de bailar rico, pegadito, de ser curvilínea y exuberante.
En el famoso festival Coachella, que se realiza en California, Estados Unidos, hizo un despliegue musical que invitó a mover las caderas, incluso, a quienes por fallo de fábrica las tienen tiesas. Además de su himno “Bichota”, cantó “Como la flor” de Selena y “Hips don´t lie” de su coterránea Shakira. También se mandó un popurrí con temas como “Gasolina”, “La vida es un carnaval”, “Macarena”, “María”, entre otras.
Sus fans, que fueron con pelucas azules, le cambiaron el nombre al festival y decidieron que esa edición era Bichottela.
Karol G tiene muy claro que ella es una de las protagonistas de esta historia que se cuenta en español, con modismos y formas latinas.
“La generación de hoy crece escuchando canciones en español, crece escuchando ritmos que nos representan, crecen amando nuestras culturas, queriendo visitar nuestros países. La música latina es parte de la vida de las personas de una forma muy fuerte y establecida”, aseguró Carolina Giraldo, con ese acento medellinense que, pese al éxito de su música y sus viajes, no ha perdido.